La actual Ley de Costas, modificada hace solo siete años, obvió los efectos del cambio climático en la primera línea. De ahí que ahora los expertos reclamen un plan integrado de defensa de la costa mediterránea para la reducción del riesgo, especialmente ante los temporales marítimos extremos tipo Gloria. Eso es lo que pide el catedrático Jorge Olcina, presidente de la Asociación Española de Geógrafos y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de la Alicante.
Olcina, además, plantea la necesidad de modificar el período concesional de la Ley de Costas. Coautor del informe del Plan de Acción Territorial sobre Infraestructura Verde del Litoral de la Comunidad Valenciana 2017, Olcina recuerda que en 2013 el Gobierno - con Mariano Rajoy- prolongó 75 años más las concesiones en dominio público marítimo terrestre «sin tener en cuenta las consecuencias que iban a empezar a manifestarse por el calentamiento global, que es ya una evidencia».
Legislación sin base científica
Aquella reforma recibió una avalancha de críticas, entre ellas la del ahora secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, en aquel momento en la oposición. Hablaba entonces Morán de una legislación carente de una sólida base científica y técnica, que acabó siendo «un recurso instrumental para justificar todo tipo de futuras infraestructuras, públicas y privadas, con el descarado argumento de que serán ejecutadas para luchar contra el cambio climático».
La normativa de 2013 suaviza los niveles de protección de la ribera marítima en favor de la ocupación y las actividades económicas. Rebajó la servidumbre de protección, permitió la regularización de 12.800 viviendas que la anterior ley consideraba ilegales y debían ser derribadas, ofreciendo también la amnistía a otras 140.000. «Un auténtico despropósito», según Morán.
En esa idea profundiza Olcina al señalar: «Se habla o se opina de dinámicas del medio natural sin saber. Solo preocupa mantener un estatus actual de ocupación del suelo que somete a riesgo a poblaciones y actividades económicas pero eso no importa a los que quieren derogar el Pativel», argumenta Olcina en todo un recado a los negacionistas interesados. «Es una actitud contraria a la racionalidad, la sostenibilidad y la ciencia», enfatiza.
«La temperatura del Mediterráneo ha aumentado 1,3 ºC desde 1980 y esto supone un factor de riesgo añadido porque un mar más cálido es un mar más potencialmente inestable y que incrementa la energía de las borrascas que se puedan generar», explica. «Nuestro clima ya no es el mismo que el de hace 30 o 40 años. Es menos confortable térmicamente, con lluvias que caen de forma más intensa y con eventos extremos más frecuentes. Ahí están los datos», concluye.
El canje del suelo
Olcina, que ya señalaba hace unos días que este temporal Gloria era debido «al calentamiento del Ártico», destaca como prioritario diseñar medidas de protección «que tengan como prioridad la salvaguarda de las personas». Todo ello con la cartografía de detalle de las zonas ocupadas en mano. Y en ese punto alude al conflicto de competencias entre las administraciones estatal, autonómica y local.
Llega a proponer incluso «el canje de suelo con propietarios que estén ubicados en primerísima línea para que queden despejados aquellos puntos que reiteradamente sufren daños con el oleaje de estos temporales». Una de las soluciones pasa porque los municipios litorales elaboren «con urgencia, planes de adaptación al cambio climático y sus eventos extremos asociados».
Algo que requiere «un convencimiento desde las administraciones locales». «El problema es que pasadas unas semanas y recuperados de los daños ocasionados, olvidamos que estamos en una de las zonas de riesgo más importantes de Europa», razona.
Lluvia, viento y marea ciclónica
La combinación de lluvia, viento, marea ciclónica, nieve y granizo del temporal Gloria ha pulverizado registros históricos. ¿Es una situación asociable a la emergencia climática? «Es compatible, porque está ocurriendo lo que los modelos climáticos venían advirtiendo».
Así lo explica Jorge Tamayo, delegado territorial de Aemet en la Comunitat Valenciana. Se refiere Tamayo a las simulaciones que los científicos vienen realizando desde hace décadas a través del estudio de las interacciones de la atmósfera, los océanos, el relieve terrestre y el hielo. Unos datos que permiten proyecciones del clima que ahora se están cumpliendo.
