Tras el temporal llega la calma y la ardua tarea de valorar los daños que ha dejado la borrasca Gloria y comenzar a reparar el litoral. Ayer salió el sol pero pero el panorama en la playa y el puerto de La Pobla de Farnals no era muy esperanzador. Barcos hundidos o desplazados por el viento, muelles destrozados, calles llenas de barro, coches arrasados convierten el litoral de l'Horta en un escenario catastrófico. Ayer empezaron las tareas de limpieza y el alcalde de la Pobla, Enric Palanca, ya inició la evaluación de daños. «En los próximos días tendremos un informe para presentarlo al consejo de ministros y pedir ayudas». Desde el Ayuntamiento de Alboraia también señalaban que trabajaban para que todo regrese a la normalidad, «la brigada municipal y la de playas están haciendo un gran trabajo limpiando nuestras costas».

El temporal ha dejado un manto de algas en la playa de Canet d'En Berenguer aunque desde el consistorio señalan que «no es una prioridad» su retirada por lo que se niegan a invertir recursos «cuando todavía estamos en prealerta», explica el concejal Eduardo Almor. De esta misma opinión es el concejal de Playas de Sagunt, Roberto Rovira, quien añade los beneficios que suponen el aporte de sedimentos y nutrientes al ecosistema.

En Canet, la urgencia se centra en restablecer el paseo marítimo, el tráfico en la rotonda de la avenida Mare Nostrum, repleta de piedras que impiden la circulación, y en las entradas a la playa, que han desaparecido, lo que implica reponer pasarelas y retirar la arena que el mar ha llevado hasta el paseo. En Sagunt, se limpia la arena acumulada en el paseo marítimo del Port y en atender puntos conflictivos de la playa de Almardá.

En la Safor, Gloria ha devastado casi por completo los paseos marítimos de Bellreguard y Piles y causado serios daños en Tavernes de la Valldigna. Los técnicos municipales los visitan desde ayer para preparar la reposición de los elementos destruidos. Y ya han hecho una primera evaluación en esta última población: la cifra rondará los 2,5 millones de euros.

En Gandia, los operarios trabajan desde el miércoles en la retirada de arena, cañas y suciedad de las calles de la playa, especialmente en el paseo marítimo Neptú y en las urbanizaciones de Venecia y Rafalcaid, desalojadas por la alerta de desbordamiento del río. En Tavernes la fuerza del agua anegó parte de las calles de la Goleta y se llevó por delante fuentes lavapiés, duchas, canalizaciones, tuberías y accesos a la playa. El consistorio se centra en la retirada de la arena y los objetos que devueltos por el mar. El concejal de Urbanismo, Josep Llàcer, confirmaba que pedirá la declaración de zona catastrófica.

El alcalde de Daimús, Javier Planes, calculaba los daños en la playa en 200.000 euros. Los operarios ya han iniciado los trabajos de limpieza. En Piles también se trabaja en la limpieza del paseo marítimo, muy dañado por la fuerza de las olas.

Por segundo día consecutivo, los servicios municipales de Cullera trabajaban a destajo para restablecer la normalidad. La fuerte lluvia y granizada del miércoles dificultaron los primeros trabajos de limpieza y de recogida de residuos y desperfectos. Pero ya se retira la suciedad, cañas y peces que el mar vomitó a la bahía. También se trabaja para restablecer el suministro de agua en la zona del Brosquil.

Sueca ha priorizado los trabajos para restablecer los servicios básicos como el agua y la cubierta metálica del Estadi Municipal Antonio Puchades que voló literalmente para depositarse sobre la residencia de la Fundación SASM. Algunos usuarios del centro han sido realojados mientras se retira y desescombra la zona. El consistorio también reclama que se subsanen los problemas de los postes del cableado que amenazan el tráfico de la carretera CV-500 (antigua Nazaret- Oliva) entre el camino de Fernandet y el Perelló. Para solucionar la falta de agua en la zona costera, se ha dispuesto un camión cuba que suministra agua no potable para las necesidades básicas de la población, menor al ser invierno.

También se ha puesto manos a la obra el Ayuntamiento de Alberic, que ayer inició la reparación de los caminos rurales dañados por el desbordamiento del Xúquer. El consistorio asumirá con fondos propios las obras y reclamará ayudas.

La Marina Alta también trabaja a destajo en la reconstrucción. En apenas 24 horas, se empieza a atisbar un poco de normalidad en el litoral. Xàbia abrió ayer el paseo de la Grava y parte de la carretera del Primer Muntanyar. Los operarios municipales devolvían con maquinaria pesada los rompeolas de hormigón que desplazó el mar en el paseo del Arenal. La parte norte de este paseo está abierta y limpia y es en el extremo sur, el más dañado por el temporal, en el que se llevan a cabo trabajos de envergadura.

En las labores para recuperar el frente litoral (luego habrá que hacer actuaciones de más magnitud en playas, muros y pavimentos de paseos y diques) participando 60 operarios y diez máquinas excavadoras. El alcalde, José Chulvi (PSPV), que suspendió su viaje a Fitur, supervisa el operativo. Ayer acudió junto al director general de Puertos, Emilio Obiol, a la escollera de Levante quebrada en su arranque (en la desaparecida playa del Tangó) y que, además, no da protección suficiente a la dársena. Las olas en los temporales pasan por encima de este dique.

En Dénia, dos máquinas y un camión trataban de dejar expedito el paseo de la Marineta Cassiana. También se abrieron las calles de les Marines anegadas de arena e intransitables. Grupos de voluntarios también peinan las playas y retiran el alud de plásticos que el mar ha devuelto a tierra. Ayer comenzó la reparación de la cubierta del estadio municipal de fútbol Diego Mena, que el vendaval arrancó. Calp rata de recuperar el paseo marítimo de la Fossa, destrozado por el temporal. La junta de gobierno aprobará hoy la petición de declaración de zona catastrófica.

Los ayuntamientos se han puesto las pilas, pero los empresarios de primera línea se afanan en reparar el destrozo e intentar abrir lo antes posible. Incluso el fin de semana. El desastre en el litoral, mal que pese, también atrae a turistas y los empresarios quieren tener abierto para coger esa «ola» buena que llega tras la devastadora tempestad.