El temporal Gloria ha dejado patente el efecto esponja del Parc Natural de l'Albufera y la importancia de su preservación. Algo que el satélite Sentinel captó hace unos días, en una imagen donde se apreciaba con una coloración muy intensa la espectacular subida del nivel del lago hasta 40 centímetros por encima de lo habitual y la crecida del marjal. El efecto esponja había funcionado, evitando daños mayores en las zonas urbanas colindantes. «El servicio que nos prestan los humedales va más allá de la reserva que son para la biodiversidad, porque son auténticos laminadores en caso de avenidas y ahora ha vuelto a quedar claro», señala Mario Giménez, delegado de SEO/BirdLife en la Comunitat Valenciana.

En ese punto, aprovecha para recordar que este tipo de episodios, cada vez más frecuentes, han de servir para plantearse la recuperación de las defensas que la propia naturaleza ofrece. «Hay que apostar por recuperar la vegetación propia de los bosques de ribera en ríos o cauces de agua», señala Giménez.

Advierte, además, del peligro de las obras de emegencia que ahora emprendan las administraciones para solventar los destrozos en las playas. «Esas actuaciones, que son perfectas para el turismo no son lo más adecuado para la fauna», explica. A la destrucción de cordones dunares y el primer frente del litoral se suma la entrada de maquinaria pesada, con lo que ello comporta especialmente para invertebrados y aves como el Chorlitejo patinegro, esta última muy amenazada. Y aboga por renaturalizar tramos de costa.