Comienza una nueva década y la profesión farmacéutica continúa en un túnel del tiempo en el que, por un lado, se ha avanzado a pasos agigantados, pero por el otro continúa el sometimiento a normativas del siglo pasado, como denuncian desde el Ilustre Colegio de Farmacéutico de València.

En los últimos años, la farmacia comunitaria ha experimentado una espectacular transformación, convirtiéndose en un valor esencial para la gestión sanitaria. Hoy en día, lidera un cambio con una clara hoja de ruta: poner en valor -con datos- la generación de resultados en salud y de ahorros sustanciales para el sistema sanitario mejorando, al mismo tiempo, la atención al ciudadano y ampliando los servicios que presta a sus pacientes. Esta modernización, como manifiestan desde la entidad, tanto en la atención como en la tecnología y la preparación del propio profesional farmacéutico, contrasta drásticamente con la existencia de una normativa en desuso, «anclada en el pasado», que no hace más que limitar el crecimiento de una profesión que tiene «aún mucho por ofrecer».

Modelos retributivos

Si bien en estos últimos 20 años los cambios que se han producido en España en materia económica son de tal naturaleza, parece casi increíble la vigencia de una norma como el Real Decreto 5/2000, promulgado con un propósito y en unas circunstancias diferentes a las actuales. En aquel momento ni siquiera el euro había entrado en vigor ni se habían completado las transferencias sanitarias a las comunidades autónomas del Régimen Común y la situación del crecimiento del gasto en medicamentos ambulatorios en nada se asemejaba a la situación anterior, reflexionan desde la institución.

Cabe recordar que esta normativa se aprobó con vocación expresa, incluida en su propio texto, de tener carácter transitorio. Un hecho que tildan de «irónico» desde el Colegio de Farmacéuticos. «Afrontar los retos que nos impone el día a día pasa necesariamente por un cambio retributivo en el que se dé preponderancia a la labor asistencial del farmacéutico y al ahorro que genera al sistema la actuación del profesional desde la farmacia comunitaria. Uno que no se fundamente en el sistema actual basado, únicamente, en un porcentaje sobre el precio del medicamento», reclaman.

De este modo, los márgenes de los medicamentos que incluían el servicio de dispensación y más actuaciones del farmacéutico ya no existen, pero la tendencia es totalmente contraria. De hecho, en la actualidad la retribución es un 25 % más baja con el doble de farmacias, un dato que podría aumentar si se aplicasen medidas como las anunciadas subastas.

A este respecto, desde la entidad farmacológica reivindican que «tenemos que mirar cómo se adaptan al futuro la mayoría de los principales países desarrollados de nuestro entorno, donde el modelo retributivo se estructura alrededor de un honorario que reconoce el trabajo profesional en cada dispensación, y donde se obvia el pago por medio de un porcentaje vinculado al precio del medicamento».

Hacen referencia a países en los que los farmacéuticos vacunan ayudando a incrementar las tasas de cobertura vacunal por encima del 70 %. No obstante, esta transformación de la profesión va mucho más allá. Según el informe anual de la Agrupación Farmacéutica Europa (PGEU), el 70 % de los países disponen del servicio de cesación tabáquica en farmacias y un 43 % el de manejo de Asma y EPOC, mientras que en el 23 % de las naciones europeas se ofrece el servicio de vacunación de la gripe desde las farmacias. Así, los Servicios de Atención Farmacéutica Domiciliaria se consolidan en una Europa cada vez más envejecida y están disponibles en el 47 % de los países.

En relación con la detección precoz y el cribado de enfermedades, en el 76 % de los países medidos las farmacias ofrecen la prueba de la glucosa y en el 73 % la del colesterol. En este sentido, «España no puede quedarse atrás y el deber del Gobierno es posibilitar la integración asistencial de la farmacia comunitaria y favorecer la continuidad asistencial», denuncian. Está demostrado que contar con el farmacéutico comunitario como un profesional más del sistema sanitario mejora la adherencia a los tratamientos, aumenta la prevención de enfermedades y genera ahorros al sistema.

Indicación farmacéutica

Al ritmo que envejece la población, según los últimos datos estadísticos, los españoles ya alcanzamos una media de 83 años, por lo que aumenta la prevalencia de enfermedades crónicas y su tratamiento se instaura entre los principales retos de salud de cara al futuro. Una realidad que atestigua que el aumento de la esperanza de vida, el envejecimiento de la población y las enfermedades crónicas hacen de la integración del farmacéutico en el sistema una cuestión urgente.

Así, ante el aumento de la demanda en Atención Primaria, que en ocasiones lleva al colapso, debería darse más competencia al farmacéutico. Muestra de ello es el programa «INDICA+PRO», de indicación farmacéutica en síntomas menores aplicada de forma consensuada y coordinada con las sociedades científicas médicas y los pacientes.

Este proyecto ha confirmado que la coordinación médico-farmacéutica es posible y, a día de hoy, necesaria. También ha demostrado que dando más competencias al farmacéutico comunitario, actuando de filtro en síntomas menores, se puede eliminar la espera en Atención Primaria, posibilitando que los facultativos puedan dedicar más tiempo a patologías mayores.

De este modo, el MICOF lleva 579 años velando por los farmacéuticos valencianos que desarrollan una importante labor social y sanitaria, además de contribuir a la mejora del bienestar de la población. Desde la entidad manifiestan su propósito de seguir trabajando para que los diferentes gobiernos autonómicos y nacionales «nos incluyan dentro de la planificación sanitaria», porque la colaboración entre profesionales sanitarios es «clave» para avanzar en la sanidad del futuro.