La Intervención de la Generalitat ha dictado nuevas instrucciones sobre los diferentes informes de control financiero que, en la práctica, supondrán redoblar la fiscalización a la gestión del Botànic. La principal novedad de esta orden es la implantación de los llamados planes de acción cuando en un informe de control se detecten deficiencias o debilidades significativas.
La Intervención recoge toda una serie de supuestos que pueden originar la necesidad de un plan de acción. Así, la relación incluye actuaciones contrarias a los principios de la buena gestión, tale como incumplimientos de la legislación aplicable, debilidades de control interno, etc. También se considera que es necesario un plan de acción cuando se detecten actuaciones contrarias a la eficiencia y eficacia, como es el caso de adquisiciones de bienes y servicios en exceso respecto de la necesidades reales, la prolongada y manifiesta falta de utilización o infrautilización de los medios personales o materiales que se disponen para ejercer las funciones o incluso «la paralización excesiva» que dificulte el cumplimiento de los fines.
Otra de las novedades incluidas en la orden son las nuevas instrucciones sobre gastos excluidos de la función interventora, en concreto, los gastos satisfechos por caja fija, que habitualmente sirven para pagar dietas, restauración, etc.
La Intervención establece que las intervenciones delegadas deben comprobar toda una serie de aspectos antes de aceptar las propuestas contables para la imputación del gasto.
Entre otras cuestiones se exigirá que se acredite la realización efectiva y conforme de los gastos, así como su conformidad con la factura o documento justificativo. También se reforzará el control sobre otros gastos que están excluidos de la fiscalización previa y se establece la obtención de una muestra para realizar comprobaciones.
