Una treintena de víctimas del metro (familiares de fallecidos y supervivientes) acudió a la Ciudad de la Justicia para seguir en directo en la sala Tirant la lectura del fallo, que pone punto final judicial a su larga lucha de reivindicación. Vestidos con las camisetas negras con el lema 43 muertos+47 heridos= 0 responsables, se sentaron justo detrás de los ocho exdirectivos procesados, de los que se ha condenado a cuatro y absuelto a otros tantos. Guardaron un respetuoso silencio en todo momento. Solo al finalizar la vista, una mujer que quedó viuda por el siniestro interpeló a la exgerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), Marisa Gracia, que acababa de quedar absuelta. «¿Duermes tranquila por la noche?», le preguntó la víctima del metro. «Sí señora, muy tranquila», le respondió la exdirectiva. «Eso demuestra la catadura moral que tienes», zanjó la viuda.

Mientras condenados y absueltos firmaban la sentencia judicial, las familias abandonaron la sala Tirant. Pero de manera improvisada decidieron hacer un pasillo humano por el que, sí o sí, debía pasar cualquier persona que saliera de la sala. Un silencio atronador de las víctimas del metro recibió a los cuatro condenados y cuatro absueltos al atravesar el pasillo humano que hacía aún más estrecha la salida de la sala Tirant. Solo una madre que perdió a su hija preguntó a Marisa Gracia, con un hilo de voz apenas audible: «¿Qué habría pasado si fuera su hija la que iba en el metro?». Con apenas una mueca como respuesta, la exgerente siguió su camino hacia la salida. Los otros siete exdirectivos también atravesaron el pasillo de silencio sin pronunciar palabra.

Los periodistas sí interpelaron a la exgerente al salir de la Ciudad de la Justicia. «¿No tiene nada que decir a las víctimas?». «No voy a hacer declaraciones», respondió Marisa Gracia. «¿Está tranquila? Se siente responsable?», le insistieron. «En absoluto», fue su respuesta. «¿Por qué no quiere responder a los periodistas?», le interrogó el padre de una superviviente del accidente. «Yo ya he estado en una sala judicial y no quiero hacer ninguna declaración». A lo que el miembro de la asociación le contestó: «¿Reconoce que no ha mentido? ¡Mentirosa!», mientras la exgerente abandonaba el recinto judicial junto a su marido y su abogada.