La Dirección General de Prevención de Incendios Forestales, dependiente de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, presentó ayer el nuevo Mapa de Modelos de Combustible de la Comunitat Valenciana. La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, destacaba que la actualización de la cartografía de modelos combustibles forestales de la Comunitat Valenciana «incorpora las últimas tecnologías y se ajusta de forma precisa a la vegetación de nuestro territorio», durante el transcurso del acto de presentación de esta nueva herramienta de anticipación del comportamiento del fuego ante un incendio forestal.

«Ante la situación de cambio climático en la que nos encontramos, la prevención de los incendios forestales resulta de vital importancia, por este motivo es imprescindible conocer la realidad del mundo rural y forestal, los procesos naturales y de manera muy especial las características estructurales del propio territorio forestal», señala Mollà.

El nuevo Mapa de Modelos de Combustibles de la Comunitat Valenciana se representa con 18 modelos distintos de combustible. El GR-2 corresponde a pastizales de menos de un metro más o menos continuos, donde el conductor del fuego es la hierba de origen natural, típico de campos de cultivo abandonados y áreas de montaña de cierta altitud. El GR-4 son pastizales con más de un metro de altura con bastante continuidad horizontal, lo que favorece la propagación del fuego. El GR-7, mientras, responde a zonas húmedas o marjales con especies de carrizal o juncos, donde la carga de combustible es alta que se diferencia del GR-8 porque en este último lo que predomina son los cañaverales de la exótica invasora Arundo donax.

De menor a mayor riesgo

Dentro del campo de los matorrales se engloban cinco tipos de mapas, desde el SH-1 con matorrales bajos en suelos rocosos y discontinuos con menor carga hasta los SH-5 y SH-9 con especies típicamente mediterráneas como el romero, la coscoja o el enebro y con regeneraciones de pino carrasco provenientes de los grandes incendios de la década de los ochenta y noventa.

El tercer bloque lo componen los modelos de matorral bajo arbolado, donde el fuego se propaga principalmente por herbáceas situadas al pie de choperas o pinares. También se incluyen los bosques densos de coníferas o frondosas en los que las llamas se propagan por una capa compacta de hojarasca. El último lo componen los modelos de matorral junto con restos leñosos y arbolado adulto.

Los modelos de combustible forestal son estructuras de la vegetación tipo a las que se les presuponen un comportamiento conocido y parametrizado frente al fuego, ya que permiten predecir, entre otros parámetros, la velocidad de propagación y la longitud de la llama. Mollà explicaba que ante todos estos factores «se hace necesario anticiparse y ser capaces de predecir el comportamiento y propagación de un incendio forestal, y para eso es fundamental el Mapa de Modelos».