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Televisión pública

À Punt recurre a una asesoría por 200.000 euros para analizar sus carencias

La radiotelevisión pública saca a concurso un contrato de un año para recabar informes y encuestas y definir su posicionamiento respecto a la competencia

À Punt recurre a una asesoría por 200.000 euros para analizar sus carencias

La radiotelevisión pública valenciana resurgió de sus cenizas un 25 de abril de 2018. A un paso de cumplir dos años de emisiones, el proyecto sobre el que se asentó el nuevo modelo comunicativo no termina de despegar: À Punt cerró 2019 con una cuota de pantalla del 2,1%, a la cola de las principales cadenas autonómicas y rodeada de sombras económicas que enturbian su presente y su futuro.

Con este mar de fondo, la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) ha sacado a concurso público un contrato valorado en 200.000 euros para identificar sus debilidades y carencias y analizar el posicionamiento de la plataforma respecto a la competencia, recabando los informes y el asesoramiento necesarios.

La entidad asegura que no dispone de información suficiente y científicamente rigurosa ni sobre el lugar que ocupa en la percepción de la ciudadanía ni sobre los efectos que ha producido en la sociedad valenciana y las expectativas que ha generado su implantación. La CVMC justifica la externalización del servicio porque no dispone del personal requerido, por lo que necesita recurrir a una empresa de consultoría especializada.

À Punt quiere conocer el grado de conocimiento, notoriedad, relevancia y afecto que despierta, así como el nivel de consumo y de sintonización de sus distintas ventanas, diferenciando las tradicionales y las digitales y territorializado las opiniones por comarcas, en función de las características lingüísticas de cada una de ellas. Por otro lado, la radiotelevisión pretende identificar sus puntos fuertes y débiles y los atributos que le exigen los oyentes y televidentes. Detectar nuevos hábitos, motivaciones y valores de consumo de medios, verificar si de ellos surgen nuevos segmentos y cómo À Punt puede satisfacerlos o valorar las parrillas actuales de programación para compararlas con las de la competencia son otras de las misiones encomendadas a la consultoría.

El pliego también recoge el objetivo de determinar los hábitos de consumo en cuanto a los horarios, la tipología de contenidos y los programas mejor valorados. Igualmente, los informativos de la cadena se someterán al examen de los encuestados con tal de conocer el grado de confianza y de interés que despiertan. La empresa adjudicataria también practicará un análisis de los principales programas y presentadores de la marca y de la competencia.

La consultoría -que tendrá que contar con tres personas especializadas para desarrollar el estudio- se encargará de realizar un estudio de encuesta continua (tracking) de lunes a viernes, cubriendo el seguimiento de las cadenas de televisión del día anterior por un periodo de un año. Por otro lado, deberá formar un mínimo de 12 grupos de discusión para recopilar opiniones.

Proceso de redefinición

Los trabajos se prolongarán por un periodo de un año, con posibilidad de prórroga por un año adicional hasta un importe máximo de 200.000 euros.

La voces que urgen a redefinir la hoja de ruta de À Punt hacia un modelo que se adapte mejor al complejo panorama comunicativo transmedia actual, dominado por el contenido multiplataforma y la apuesta digital, han ganado fuerza en los últimos meses.

El pliego del contrato pone el foco en la importancia de recabar opiniones en comarcas castellanohablantes, puesto que otro de los desafíos de À Punt es mejorar su implantación en estas áreas geográficas. Además, se recogerán valoraciones sobre la percepción del uso del valenciano y del fomento de la lengua propia.

La cadena se encuentra en pleno proceso de redefinición, con sus dos puestos de mayor responsabilidad en régimen interinidad. La directora general termina contrato en marzo y el concurso para suplirla está en un fase final, mientras que el Consell está buscando recambio para el presidente del consejo rector, Enrique Soriano, que ha comunicado su salida.

El Botànic necesita el apoyo del PP para aprobar esa renovación. Ayer, sin embargo, la presidenta de los populares, Isabel Bonig, dejó claro que no lo tendrá. «El PP no va a ser cómplice de una televisión que no interesa a ninguno de los valencianos por su sectarismo», dijo en un acto de partido en el que utilizó À Punt como arma arrojadiza contra el gobierno valenciano. Bonig aseguró que la plataforma «nació al servicio de un proyecto político concreto con un modelo caduco y trasnochado». El consenso dista de materializarse.

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