Una familia de la Ribera reclama un educador especial para su hijo, de tres años y con un Trastorno del Espectro Autista (TEA) diagnosticado. Tanto la familia, como el CEIP Cervantes de Alcàntera de Xúquer y el Ampa del colegio explican que se han realizado «todas las gestiones oportunas» para que el niño -que cursa Infantil- «tuviera inmediatamente la educadora al inicio de curso». No obstante, cinco meses después, el profesional que debe acompañarle durante la jornada escolar no ha llegado todavía.

Así lo denunciaron ayer desde Fampa-València, que trasladó la «decepción y preocupación» de la comunidad educativa ante esta situación. Asimismo, en un comunicado, destacaron que, por la corta edad del menor, el alumno tiene «muchas necesidades especiales, empezando por la estimulación de su autonomía y conocimiento personal, el conocimiento de su entorno, la importancia de la interacción y socialización con sus compañeros y docentes», además de adaptaciones en todas las áreas que se trabajan en Infantil.

Desde la Conselleria de Educación aseguran que la Dirección General de Inclusión Educativa «está tratando de dotar al CEIP Cervantes de Alcàntera de Xúquer de la plaza de educador especial solicitada, lo antes posible». Además, afirmaron que Educación «ya ha completado todos los trámites necesarios ante Función Pública para que cree dicha plaza y convoque el procedimiento necesario para cubrirla a través de su bolsa de trabajo». No obstante, desde la conselleria destacan que el centro cuenta con especialistas de Pedagogía Terapéutica (PT) y Audición y Lenguaje, por lo que «el alumno no está desentendido en el centro», recalcan.

Un problema que se eterniza

La Conselleria de Educación continua teniendo un problema en la gestión del personal educador y no docente (administrativos, conserjes...) que trabajan en los centros educativos pero cuya contratación no depende del departamento de Vicent Marzà, sino de Función Pública, de la Conselleria de Justicia; lo que acaba por alargar los trámites burocráticos de sustituciones o nuevas contrataciones.

Para corregir esto, el pasado verano, el Consell anunció el traspaso de la gestión de estas bolsas directamente a Educación. Actualmente, ese traspaso todavía no se ha completado y solo afectaría a las bolsas de sustituciones, como ya publicó este diario, pero no a la creación de nuevas plazas, como es el caso del CEIP Cervantes de Alcàntera del Xúquer. Para las incorporaciones nuevas, además de Justicia, Educación necesita antes el visto bueno de la Conselleria de Hacienda, que ha de dotar de asignación presupuestaria la nueva plaza, otra traba más, si se tiene en cuenta la delicada situación económica de la Generalitat en la actualidad.

Desde la familia explican que el menor es «muy dependiente», pues «no comunica nada» y recalcan que necesita una persona de referencia «que esté con él todo el tiempo, si no, no se relaciona», aseguran. A pesar de las dificultades de los últimos meses, la familia se muestra muy agradecida «a todos los maestros, que están encima de el niño todas las horas» y valoran que «hace un sobreesfuerzo hasta la directora».