La Generalitat ya dispone de un mecanismo de contrapoder en la Vega Baja, la comarca donde la izquierda más sufre. A través de la Ley de Mancomunidad, el Consell pretende que los municipios se agrupen en mancomunidades con el fin de prestarles servicios y que puedan percibir con prioridad subvenciones de la Diputación de Alicante.