Las previsiones más optimistas se cumplieron y la fumata blanca se produjo poco antes de las ocho de la tarde. El actual jefe de emisiones de À Punt, Alfred Costa, se impuso ayer al productor Francesc García Donet y es el elegido por el consejo rector para asumir el timón de la radiotelevisión pública a partir de marzo, cuando Empar Marco ponga fin a su mandato al frente de la entidad.

Esta vez no hicieron falta nueve votaciones, como aquel 23 de febrero de 2017 en el que se escogió a la primera directora de À Punt. Alfred Costa consiguió el mínimo de seis apoyos que necesitaba a la tercera votación, después de haber superado por muy poco a su contrincante en la puntuación global del proyecto, el currículum y la entrevista. Aunque ley de À Punt prevé la selección del director general por concurso público, no basta con obtener más puntos: la candidatura vencedora tiene que ser aprobada con el respaldo de tres quintas partes del consejo (el equivalente a seis de sus diez miembros). Y de ahí los problemas.

El fantasma del bloqueo planeaba sobre el proceso debido a la vinculación de los dos finalistas con el PSPV. Sin embargo, tras dos intentos infructuosos en los que se evidenció la falta de consenso y las reticencias de partida de algunos consejeros, finalmente se impuso el deseo mayoritario de evitar a toda costa que la convocatoria quedara desierta, en un contexto en el que se hace urgente un giro de timón en À Punt. Al final, el máximo órgano de dirección se decantó por alguien de la casa, que conoce los entresijos de la cadena de radio y televisión y cuenta con una buena reputación entre la plantilla, a la espera de que acometa cambios profundos tanto en el organigrama como en el funcionamiento.

El proceso de selección se había simplificado y no fue tan farragoso como el de 2017. Además, solo había dos finalistas (en lugar de los tres previstos), puesto que el resto de candidatos no llegó al aprobado en la primera fase. El reglamento era más flexible y daba a los consejeros un mayor margen de maniobra. Aún así, el nombre del elegido se conoció después de una jornada maratoniana que comenzó a las nueve de la mañana y se prolongó hasta las ocho de la tarde. Durante once horas, los consejeros de À Punt entrevistaron a los dos finalistas,examinaron sus proyectos de hasta 50 folios y deliberaron. Esta última fase se alargó durante tres horas. Hubo tiempo para intercambiar pareceres tanto en los círculos internos como en los externos.

Votación ajustada

Costa recabó el mismo número de apoyos que Marco en 2017. Aunque la votación fue secreta, la lógica invitaría a pensar que le apoyaron los dos miembros del consejo propuestos por el PSPV y que el resto de votos habría que buscarlos entre las dos consejeras de Compromís, la de Podemos y los dos representantes de los trabajadores y del Consell de la Ciudadanía, aunque también podría haber pescado algún respaldo en Ciudadanos pese a la postura oficial del partido contraria al nombramiento.

En cualquier caso, Costa ha de comparecer el 11 de febrero ante las Corts, que decidirán en última instancia su idoneidad para el puesto, retribuido con cerca de 60.000 euros por un periodo de tres años. Para sacar adelante el nombramiento por mayoría absoluta, el Botànic II necesitará estar unido.

El elegido desempeñó diversos cargos de responsabilidad en la extinta RTVV desde 1990. Tras el cierre de la antigua radiotelevisión pública, en 2015 dio el salto a la política local como concejal socialista de Torrent tras ser fichado para la candidatura del alcalde Jesús Ros. No acabó la legislatura: dimitió en 2018 para regresar a la televisión pública.