La esperada por la oposición comparecencia en las Corts de la vicepresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, para dar cuenta de su política en relación con los centros de menores evidenció la distancia en las posiciones. Las diputadas de PP, Elena Bastidas; de Cs, Cristina Gabarda, y de Vox, Ana Vega, sometieron a Oltra a un bombardeo constante de reproches por lo sucedido en los centros en la pasada y la actual legislatura. La oposición considera que la vicepresidenta actuó con doble rasero en el caso del centro de menores de Segorbe y en el que afectaba a su exmarido, condenado por abusar de una menor.

Oltra acusó a la oposición de propagar falsedades y de mezclar cuestiones de ambos centros que no tienen nada que ver.

Los grupos de la oposición remacharon que en el caso de Segorbe, en el que el educador acusado de abusos quedó absuelto por el juzgado, Oltra diera información en las Corts, cerrara el centro y trasladara a los menores, mientras que en el caso de su exmarido actuara con opacidad y silencio. Incluso creen que sacó a la luz el caso de Segorbe para ocultar el otro.

Oltra recordó que en el primero había un informe de Inspección que dejaba patente hasta 23 incumplimientos como testimonios sobre duchas de agua fría en castigo a los menores o el hecho de que acudieran a un supermercado a recoger cajas de comida caducadas o a punto de hacerlo. Por ello ordenó el traslado porque entre la seguridad y el beneficio de los niños o un error en un expediente optaron por lo primero.

Añade Oltra que la conselleria aplica los mismos protocolos de actuación en todos los centros que gestiona y que ahora se ha reforzado la supervisión para que estén siempre obligados a dar cuenta de la mínima incidencia.

Oltra reprochó a Vox que hablara ahora de centros de menores cuando señala donde se ubican y marca con el dedo a los denominados por este partido 'menas' para que otros lancen cócteles molotov. Desde el PP, Bastidas criticó que se pretenda dar carpetazo cuando en Segorbe se encarnizó con un educador y en el caso de València se optó por silencio cuando la víctima estaba desamparada.