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Solo 16 de 542 municipios han actualizado los deslindes de finales del siglo XIX

El Institut Cartogràfic Valencià ofrece asistencia gratuita a los municipios que quieran modernizar sus términos, pero solo 62 se han embarcado en los trabajos

Solo 16 de 542 municipios han actualizado los deslindes de finales del siglo XIX

El 90% de los términos municipales de los 542 municipios valencianos se deslindaron a finales del siglo XIX y principios del XX. Y así siguen más de un siglo después según las actas de deslinde vigentes. Sólo 62 municipios han actualizado sus lindes municipales, o han iniciado los trabajos, a través de los conocidos como «proyectos de recuperación y mejora geométrica de las líneas límites jurisdiccionales».

La ingente tarea de marcar los límites de cada término municipal la inició el Instituto Geográfico Nacional (IGN) a finales del siglo XIX y principios del XX como parte del proyecto nacional de formar un mapa municipal de todo el país. «Fue una epopeya porque envió a topógrafos por toda España, que lograron deslindar el 90% de los términos municipales, a pesar de la limitación de medios ya que sólo usaban brújulas y planchetas», explica Xavier Navarro, director del Institut Cartogràfic Valencià (ICV), un organismo público que depende de la Conselleria de Política Territorial.

La delimitación del término municipal ya era laboriosa hace más de un siglo. «Cada ayuntamiento creaba una comisión de deslinde que conocía los límites municipales. Mediante cálculos matemáticos y proyecciones cartográficas de las líneas y con una descripción literal se acordaban y reconocían los lindes entre ayuntamientos, que se hacían oficiales». Unos acuerdos que «se monumentaban y delimitaban mediante la construcción de mojones, o incluso, en ocasiones, por las características físicas de la zona, como por ejemplo, el eje de un camino o el lado (aguas abajo) de un barranco o acequia principal». El problema es que transcurridos más de cien años algunos mojones y límites físicos de términos municipales no han sobrevivido al paso del tiempo. «Muchos desaparecieron, sobre todo en la costa, o pasan carreteras por donde estaban o se ha construido un polígono industrial. Aunque en el interior sobreviven la mayoría».

Con la modernización de la cartografía, a partir de los año 80 y 90, el IGN decidió digitalizar las líneas de término a partir del mapa topográfico en papel a escala 1:50.000. Una cartografía que es «la oficial, pero que no refleja la realidad», recuerda Navarro.

Para aportar soluciones a esta situación, el ICV ha iniciado una campaña para confirmar los deslindes del siglo XIX con técnicas topográficas del XXI. Una decisión que «soluciona problemas a los municipios y da trabajo al sector de los ingenieros técnicos en topografía, una ciencia en la que el País Valenciano es exportador de expertos», señala el director del Cartogràfic. Los denominados «proyectos de recuperación y mejora geométrica de las líneas límite jurisdiccionales» del ICV comenzaron a ejecutarse en la Comunitat Valenciana en 2016, después de que «el Ayuntamiento de Benissanó nos enviara una carta para comunicarnos que su término no lindaba con Benaguasil, que era lo que marcaba la poligonal creada por el IGN». Una situación muy habitual ya que, explica Xavier Navarro, «tenemos los deslindes originales que son los buenos, después tenemos la cartografía del IGN que es la oficial, pero que en algunos casos es incorrecta. Y después está el Catastro que únicamente informa de las parcelas o propiedades».

Así que desde 2016 el ICV ya ha finalizado los trabajos de recuperación de los deslindes de 16 municipios. En otros 31se ha ejecutado la mejora geométrica en alguna de sus líneas y durante la campaña 2020 concluirán los trabajos en 15 municipios más. Los 480 municipios restantes siguen con los deslindes del pasado siglo.

Benissanó fue el proyecto prototipo, a partir del que se licitaron otros lotes y que, recientemente, ha finalizado el proceso administrativo de actualización de la línea límite jurisdiccional, por lo que, ya está oficialmente actualizada. Los siguientes trabajos se concentran por ahora en Llíria y los municipios de alrededor, así como en les Alqueries, Burriana y Vila-real o Dénia, Xàbia y els Poblets. «La idea es ir cerrando términos y realizar este trabajo en todo el País Valenciano, tal como ha hecho el Cartogràfic de Catalunya, que comenzó hace diez años y está a punto de acabar», explica.

Aunque la tarea sea ingente, Política Territorial ofrece todo tipo de facilidades a los municipios que se embarquen en esta actualización de sus lindes ya que el ICV subvenciona los gastos de los trabajos técnicos que se precisan para contratar ingenieros técnicos en topografía. La Diputación de València se sumó a la iniciativa en 2018 para asistir a los municipios más pequeños.

En esta tarea de actualizar los lindes ha participado el ingeniero técnico en topografía de Algemesí, Álvaro Esteve Hurtado, quien recuerda la importancia de estos trabajos porque «es necesario reubicar las líneas de término en su lugar, para delimitar la jurisprudencia y las competencias municipales». Y cita, como ejemplo, que «de todos los Planes Generales de Ordenación Urbana de los últimos veinte años ninguno tiene las líneas de término correctas porque han utilizado las del Catastro, por lo que todos tienen la necesidad de delimitar las líneas de límite y posicionarlas» con técnicas actuales y según las actas de deslinde oficiales vigentes.

Una vez un municipio decide actualizar los lindes de su término se inicia un trabajo concienzudo y laborioso. «Se comienza por la parte técnica que consiste en reconstruir los cuadernos de campo y localizar los mojones que aún existan para georreferenciarlo todo. También se busca la colaboración de los municipios colindantes para alcanzar el mutuo reconocimiento de los límites de término». De esta manera, el topógrafo realiza un trabajo archivístico y de recopilación de actas y cuadernos de campo, «que a veces se tienen que transcribir porque algunas son ilegibles».

Casos sin actas

Sólo en algunos casos concretos no existe ningún tipo de acta o cuaderno de campo que fije los límites de término originarios. «Es el caso de Segorbe y Altura, que no la hicieron en su momento, por lo que corresponde a la Conselleria de Política Territorial realizar el deslinde». En estos casos con escasa información histórica, Álvaro Esteve Hurtado recomienda, por ejemplo, «acudir al 'Catastrón' del Archivo del Reino de València que alberga los planos topográficos del parcelario de los municipios. Son muy precisos y fidedignos y permiten saber si había viviendas, reconstrucción de deslindes...».

Una vez ejecutado el trabajo técnico, comienza la fase burocrática que requiere aprobación de los plenos de todos los municipios implicados, que puede prolongarse durante dos años, como en Algemesí cuyos lindes actualizó el geómetra-topógrafo Álvaro Esteve para el ayuntamiento de dicho municipio, el primero en realizar y finalizar este tipo de proyectos en la Comunitat Valenciana y que estuvo dirigido y supervisado por el entonces director regional del IGN, Fernando Cruz Sánchez.

El proceso finaliza tras la firma del acta adicional de deslinde y certificado por cada secretario municipal de que ha sido aprobada por el pleno de cada consistorio para «elevarla al Registro Central de Cartografía del IGN para que actualice la base gráfica de las líneas de término».

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