El uso compartido del automóvil a través de plataformas colaborativas se ha asentado en la Comunitat Valenciana durante los últimos años. En un mundo cada vez más virtual -las redes sociales ya forman parte de nuestro día a día- más de 500.000 residentes en Castelló, València y Alicante apuestan cada año por los viajes colectivos en utilitarios privados. Los beneficios de este tipo de itinerarios son fáciles de identificar: el dueño del coche ahorra gastos y no viaja solo y los pasajeros cuentan con una alternativa frente a otros medios de transporte más habituales, economizando en el precio del trayecto y acortando la duración de los viajes.

Los datos ilustran una evolución que tiende a un crecimiento exponencial de esta alternativa de movilidad. Así, según las estadísticas aportadas por la plataforma Blabacar, un total de 562.470 usuarios valencianos utilizaron su app en 2018 -últimos datos compilados- y la tendencia es al alza: en dos años se constató un aumento del 84 %. Por lo que respecta al perfil medio, el viajero que apuesta por el car-sharing tiene 31 años, cubre una distancia de 279 kilómetros al año y casi no hay diferencias por sexos.

Vicente Sancho es un habitual de esta plataforma. Su familia vive en Quart de Poblet y el municipio de l'Horta suele ser el destino de sus viajes desde Alicante. Reconoció que en términos globales ha sido una experiencia grata: «La verdad es que suelen ser trayectos agradables, todo va bien. Sin embargo, una vez el conductor tenía prisa y comenzó a circular a 165 kilómetros por hora y me alarmé. Llegué bien al destino, pero no fue una experiencia agradable».

Mª José Vives, de 23 años de edad, puede dar testimonio de la otra cara de la balanza: desde hace dos meses se ofrece para llevar a gente en trayectos de Dénia a València y viceversa. Reconoce que nunca ha tenido problemas, aunque ha decidido tomar ciertas precauciones: «Viajo cada semana y es una pena ir y venir sola. Aparte el dinero que consigo, me ahorro casi la mitad del gasto en gasolina y también me gusta pensar que ayudo a reducir las emisiones de CO2. Suelo fijarme en las opiniones de los usuarios y no tengo activada la opción de aceptación automática para poder ser yo quien vea a la persona antes de aceptar que viaje conmigo», comentó.

Javier Tapia Gutiérrez, de 23 años de edad, también se ofrece como conductor: «Utilizo la plataforma para cualquier desplazamiento entre ciudades. Para un trayecto de 200 kilómetros suelo sacar hasta tres euros de beneficio por pasajero. No he tenido malas experiencias y debo sumar más de 50 viajes seguro», especificó.