El juzgado del caso Erial ha abierto una nueva línea de investigación para comprobar si la hija del expresidente Eduardo Zaplana, María Zaplana, y su marido, Luis Iglesias, repatriaron 2,2 millones de euros a España desde Suiza a través de varias operaciones inmobiliarias en la Comunitat Valenciana y Baleares. Ambos aseguraron que el dinero no procedía de ninguna actividad ilícita, pero los investigadores no dan credibilidad a su versión.

Así, la jueza Isabel Rodríguez ha enviado una nueva comisión rogatoria a Suiza para que informe de manera «urgente» sobre la cuenta dónde estaba depositado el dinero para conocer sus movimientos y las personas que tenían acceso a ella. Según confirmaron fuentes próximas a la investigación a este periódico, Suiza aún no ha respondido a las autoridades españolas.

Una de las operaciones inmobiliarias que permitió repatriar el dinero está vinculada con la vivienda de la calle Pascual y Genís de València que ocupaba Eduardo Zaplana cuando fue detenido en mayo de 2018. Dado que el contrato de arrendamiento se encontraba suscrito por su hija María Zaplana, el juzgado averiguó que los pagos del alquiler eran sufragados por su marido Luis Iglesias. Pese a los altos ingresos de Zaplana y su patrimonio, no es él quien abona el alquiler sino su yerno, alquiler por otra parte muy superior al establecido en el contrato.

La magistrada Rodríguez sospecha de la procedencia ilícita del dinero. En este sentido, asegura en un auto que «el dinero con el que Luis Iglesias fue satisfaciendo el precio del alquiler proviene de Suiza, siendo presuntamente su titular Luis Iglesias Rodríguez -yerno de Zaplana-, siendo por lo tanto necesario conocer su titularidad (...) Existiendo por lo tanto indicios de que dicho contrato de alquiler fue una forma de traer dinero a España de forma encubierta, junto con la compra de la vivienda de Mahón (Menorca), con la presunta participación de Luis Iglesias Rodríguez, colaborando también su mujer en la forma referida».