Aunque no de forma activa, el Colegio de Médicos de València se posicionó ayer en contra de la nueva ley orgánica que regula la eutanasia en España al alinearse con la posición de la Organización Médica Colegial, el consejo general de todos los colegios oficiales de médicos de España. Y el posicionamiento de la OMC es claro: cuidados paliativos sí, pero no a la eutanasia activa. Así lo reflejaron en una declaración oficial que hicieron ahora dos años en una de las primeras intentonas parlamentarias de aprobar la ley orgánica.
Según esta declaración, a la que ayer se adhirieron los responsables del colegio valenciano sin querer hacer más declaraciones, la OMC se apoya en su código deontológico para rechazar la eutanasia recordando que en su artículo 36, el médico «nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de este».
Eso sí, desde la organización sí defienden la aplicación de los cuidados paliativos y de la sedación en la agonía que es «científica y éticamente correcta cuando existan síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles» y, de hecho, pidieron el desarrollo de una ley estatal de cuidados paliativos antes que una de eutanasia ya que el acceso a estos cuidados al final de la vida (que en la C. Valenciana están garantizados por ley) no es generalizado en toda España.
Esta misma posición es la que defendió ayer el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (UCV) por boca de su presidente, Justo Aznar. Según Aznar, «debemos eliminar el dolor del paciente, no eliminar al paciente para eliminar el dolor» y, en este caso la autonomía del pacientes «no siempre debe prevalecer sobre el derecho a la vida». Además, el observatorio ha elaborado un informe en el que rebaten los argumentos de la ley y critican que se presente como «un bien un proceder del todo inaceptable».
Objetores de conciencia
Como el desarrollo de la eutanasia implica, bien de forma activa o pasiva, a la profesión médica, la nueva ley orgánica prevé también el ejercicio del derecho a la objeción de conciencia de los profesionales. Aunque el colegio valenciano no ha realizado ningún estudio, sí existen informes de otros colegios en los que se concluye que la tasa de médicos objetores estaría entre el «30 ó 40 % de profesionales», según concretó ayer el presidente de Derecho a Morir Dignamente, Javier Velasco.
