Las secuelas del encuentro mantenido en Murcia por la delegada de Presidencia de la Generalitat en Alicante, Antonia Moreno, y el diputado autonómico socialista Manuel Pineda, con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea, ha provocado un nuevo frente de discusión entre los dos socios principales del Gobierno del Botànic. Veinticuatro horas después de ver como dos altos cargos socialistas de la Generalitat visitaban en la sede murciana de la CHS, a espaldas del jefe del Consell y de las Corts, al directivo que se niega a acudir a las Corts a dar explicaciones sobre la gota fría que arrasó la Vega Baja, la presidenta de la comisión de estudio del temporal, Aitana Mas, de Compromís, calificó esta cita de «postureo político». «Hacer partidismo desleal me preocupa y me indigna», dijo.

La portavoz adjunta de Compromís tachó la reunión entre Urrea, Pineda y Moreno de «totalmente inapropiada» y la puso como ejemplo de «deslealtad institucional».

Mientras tanto, los socialistas trataron ayer de poner paños calientes. Desde Presidencia prefieren quitar hierro y rechazan tomar medidas contra su delegada territorial en Alicante. Y desde el PSPV, el síndic en las Cortes, Manolo Mata, reconoció que «conocía esa reunión». «Me lo comunicó Pineda aunque yo no se lo dije a Puig. No le puedo comentar todo», dijo. Para Mata, como el presidente de la CHS «no puede comparecer en ningún parlamento autonómico, se ha buscado una forma de colaboración. Pineda le trasladó a Urrea una propuesta para que un grupo de diputados de todos los partidos se desplace hasta Murcia y allí recibir todas las explicaciones».