Existen espacios geográficos que pueden definir las características propias de un lugar, que definen los oficios que se practican y que, en definitiva, suponen el germen del presente de un lugar, de sus gentes y sus ocupaciones. Un ejemplo paradigmático es la ciudad de Alcoi. Y es que la peculiar orografía de la ciudad ha sido determinante en su historia y evolución económica y social.

En Alcoi hallamos distintos ríos y riachuelos que tienen su origen tanto en la zona de umbría del Carrascar de la Font Roja, como en la de solana de la Serra de Mariola, los dos parques naturales que comparte la ciudad. Así, se puede decir que el río Serpis no tiene un único nacimiento, sino que es la confluencia de los ríos Molinar y Riquer, localizada en las afueras de la ciudad. Este último tiene dos pequeños afluentes: el Barxell i el Polop que se unen en la llamada «Font del Quinzet». Cabe decir que algunos autores consideran al Barxell como el curso principal del río que atraviesa el casco urbano de Alcoi y que recibe los afluentes Uxola y Benisaidó, y omitiendo el nombre de Riquer. Es evidente que estamos ante un conglomerado de pequeñas cuencas fluviales (muchas de ellas con escaso caudal la mayor parte del año) y que conforman el conocido como riu Serpis, a pesar que desde el siglo XIII hasta el XIX se lo conoció como Riu d'Alcoi y en la época de dominación islámica como el «Río Blanco».

Después de abandonar Alcoi, el Serpis atraviesa Cocentaina , y recibe caudal por las aportaciones del río Frainos o Penáguila), l'Alqueria d'Asnar y Muro de Alcoy, a cuya salida recibe el aporte del río de Agres. Sigue por Gaianes donde da lugar a un humedal que permanece seco durante largas temporadas y llega, después de su paso por Alcocer de Planes, a la población de Beniarrés, donde se localiza el pantano homónimo y que regula su caudal. Superado el embalse, recibe aportes del Barranc de l'Encantà y, después de atravesar el municipio de L'Orxa, abandona la provincia de Alicante y se adentra en la provincia de Valencia, a la altura de Villalonga, y seguidamente se encuentran Potríes, Beniarjó, Almoines, y Real de Gandía, para desembocar en Gandia, tras recibir el que es su principal afluente, el río Vernissa. Se trata de un típico río mediterráneo de 74,5 km de longitud, con una cuenca de 752,8 km² de superficie que transporta un caudal medio de 2,5 m³/s.

La cuna de la industrialización valenciana

Debido a la particular orografía sobre la que se asienta Alcoi, resulta sorprendente que sea el lugar donde se produce la primera industrialización valenciana y uno de los primeros polos fabriles de la Península Ibérica. En estos acontecimientos influye, sin duda, el hecho de la existencia de los ríos que la modelan. Es, a partir del siglo XV, cuando, a lo largo de la cabecera del río Molinar y, para poder aprovechar la energía generada con la fuerza del agua, empiezan a asentarse los primeros molinos tanto harineros como batanes para el machaque de trapos, paños de lana y esparto. Posteriormente, a mitad del siglo XVIII, se instalan molinos para la fabricación de papel y, a partir de ahí, y de forma paulatina, se fueron incorporando cada vez más industrias (textil y metalurgia), convirtiéndose en la cuna de la industrialización valenciana. El enclave del río Molinar acogerá una gran actividad industrial, hasta los años sesenta del siglo pasado, cuando se acaba la dependencia de las distintas industrias con la fuerza generada por las aguas y, por tanto, se buscan distintos emplazamientos que estén mejor comunicados. Se inicia así, la época de decadencia y de degradación de este conjunto fabril. Para evitar su desaparición, todo el conjunto de arqueología industrial está declarado Bien de Interés Cultural y actualmente existen distintos planes para recuperar toda esta zona y preservarla para su futuro.Alcoi, un paisaje de puentes modelado por el río

Como se ha comentado, Alcoi es una ciudad acompañada por numerosos puentes, tanto es así que se ha acuñado una actividad propia de la ciudad: "la Volta als Ponts". Se trata de un recorrido urbano, de poco más de 2 km, muy popular entre la población alcoyana. Esta orografía particular que hace que Alcoi se asiente sobre distintos barrancos que han sido cincelados por las distintas cuencas fluviales, ha hecho necesario la construcción de distintos puentes para poder circular por ella. Así, existen pequeños puentes, como el Puente de Penáguila, el Puente de Cocentaina y el Puente Viejo de San Roque, que constituyeron, entre los siglos XVII y XVII la red viaria principal de la época. De esta manera, la evolución de la ciudad y de sus puentes van de la mano. Algunos de ellos son el Puente de la Pechina (1863); Puente de San Roque (1862); Puente de María Cristina o de Cervantes (1938); Viaducto de Canalejas (1907); Puente de San Jorge (1931); Puente de Fernando Reig (1987) y Puente de Francisco Aura Boronat (2014).

El rio Serpis, un ejemplo de flora y fauna fluvial valenciana

Como cualquier ecosistema fluvial, el río (o los ríos) que hallamos en Alcoy, también conforman a la ciudad. Para poder entender dicha influencia, podemos consultar la que seguramente es la obra de referencia del Riu Serpis: «De la Mariola a la Mar. Viatge pel Riu Serpis» de Joan Pellicer. En él se describe la gran variedad de flora como el baladre, salzedes, albereda, chopos, cañares, olmos?, así como su rica fauna integrada por mamíferos, reptiles, anfibios, insectos y aves.

Estamos pues ante una ciudad fluvial, dominada por un río de referencia, el Serpis, y un conjunto de ríos y barrancos, cuyos caudales han condicionado las características de un territorio, de una sociedad, de una ciudad vivida, con un contrastado carácter histórico. Un río que históricamente ha estado acompañado, y adornado, por el resultado de la tecnología humana para solucionar los profundos desniveles y los cursos de agua, los puentes. Nos es casualidad que la evolución histórico-económica de la ciudad está reflejada mediante las características de los puentes alcoyanos.