La protesta convocada por grupos ultra contra el acto que protagonizó el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, junto a Artur Junqueras (padre de Oriol Junqueras), en la presentación de «Llibres contra la repressió» el pasado 25 de enero en Riba-roja fue motivo de polémica en la comisión de Interior de la Cámara Baja celebrada este lunes.

Durante la comparecencia del ministro Grande-Marlaska en la que repasó las principales iniciativas y propuestas de su departamento para esta legislatura, el líder independentista denunció la actuación de la Guardia Civil durante la concentración de extrema derecha y le instó a depurar responsabilidades por lo que consideró una actuación de «compadreo» por parte de los agentes.

«El cordón de seguridad -aseguró Rufián- fue bastante lamentable. No tanto por nosotros, que al final nos vamos en coche si no por la gente que nos fue a ver a ese acto a pie y resultó zarandeada e insultada por supuestos patriotas», aseveró el portavoz de ERC. En un mensaje en las redes sociales, Rufián llegó a decir: «Si defender el republicanismo catalán de izquierdas ha sido siempre peligroso, hoy es ya heroico. Gracias por la valentía».

Los incidentes por el acto celebrado en el Castell de Riba-roja también provocaron un enfrentamiento dentro del colectivo de Compromís de la localidad, según publicó ayer este diario.

Tras la presentación del acto, el PSPV local presentó una moción en la que solicitaba la creación de una comisión que estudiara el uso del Castell, declarado Bien de Interés Cultural, con el objetivo de preservarlo de actos políticos. El grupo de Compromís apoyó la iniciativa, aunque con el rechazo del Bloc, que consideró que prohibir actividades en el edificio es «restringir la libertad de expresión y la calidad democrática».