«El pasado domingo nuestros padres empezaron a mandarnos vídeos de los informativos españoles que hablaban de 'Italia en pie de guerra contra el coronavirus'. Yo tengo varias amigas que no querían volver, pero ese mismo día sus padres les dijeron que tenían que coger el vuelo del lunes sí o sí».

Juan Carlos Bonet es uno de los estudiantes que ha vuelto a València desde el norte de Italia, empujado por la epidemia de coronavirus que llegó al país transalpino la semana pasada y que desde entonces copa los titulares de todos los medios de comunicación. Como él, cientos de erasmus han vuelto esta semana a España por temor a quedarse aislados. Algunos, como Francisco Barranco, llegaron al aeropuerto de Manises ayer en un vuelo desde Milán que aterrizó a las 11 de la mañana. Según Barranco, «a medida que hemos ido viendo noticias nos hemos preocupado más y más, pero seguimos pensando que la situación en Italia es normal y no tan exagerada como la pintan. Hay muchos casos de estudiantes que se han tenido que volver a España por la presión familiar».

Ambos coincidieron en señalar que no tuvieron que superar ningún control ni a la entrada ni a la salida del aeropuerto, aunque sí que recibieron correos informativos con algunas recomendaciones desde la Universitat de València y la Universitat Politécnica de València.

Preocupación de la universidad

«La universidad nos mandó correos y los contestaba muy rápido. Querían saber nuestra localización en cada momento y si íbamos a viajar a España o movernos por el país. Es de agradecer que se hayan mostrado tan preocupados, porque otras universidades de Europa ni siquiera han enviado un mail a sus alumnos», aseveró Bonet.

Cabe recordar que Herme Vanaclocha, subdirectora general de Epidemiología de la Conselleria de Sanidad, declaró el pasado martes que las pruebas de temperatura en los controles aeroportuarios no se han demostrado una medida útil para determinar el estado de contagio del virus.

300 euros por un vuelo de vuelta

De hecho, ni Juan Carlos ni Francisco notaron la proliferación de mascarillas en Bolonia o en València. Lo que sí que percibieron fue el aumento del coste de sus billetes de avión ante la gran demanda de viajeros que preparaban su vuelta a España por la amenaza del coronavirus.

«El día de la alarma en Italia unas amigas contrataron un vuelo por 230 euros, a mitad de tarde miré el precio y ya costaba más de 300, y al final del día ya no quedaban», apuntó Juan Carlos, que llegó ayer a Manises.

Ambos mantienen lo que llevan señalando más de una semana: la normalidad en las calles de Italia. «Si no se hubiera dado nada en las noticias creo que no me habría vuelto. He regresado por obligación, y pienso que más de la mitad de los erasmus que viajaron a España también ha cogido un vuelo por presión de sus padres. Ayer estaba en Bolonia haciendo un picnic con mis amigos y no tuvimos ningún problema».