La Generalitat ha vuelto a cerrar otro ejercicio con números rojos. Sumados todos los capítulos de ingresos y gastos, a excepción de los pasivos financieros (la deuda), el saldo al final de 2019 ha terminado siendo negativo en 2.456 millones de euros, según se desprende de la liquidación presupuestaria que ayer trasladó la Intervención General al pleno del Consell, como paso previo a la confección de la cuenta general.

El dato ha experimentado un incremento del 12% (269 millones) respecto a hace un año, cuando el balance fue de -2.187 millones. El motivo: la subida de los ingresos respecto al ejercicio anterior (4,43%) ha sido inferior al aumento experimentado por los gastos en políticas y proyectos en el mismo periodo (7,26%), tal como adelantó este diario. Los pagos se dispararon en 1.108 millones de euros.

Desde el gobierno autonómico mantienen que el gasto se sitúa por debajo de la media autonómica y remarcan que el incremento se ha centrado fundamentalmente en las partidas relacionadas con los ámbitos sociales: sanidad, educación, dependencia y servicios sociales. En las operaciones de capital, las inversiones directas e indirectas de los capítulos VI y VII registraron un aumento del 18%, al pasar de los 800 millones en 2018 a los 944,8 en 2019, según los mismos datos.

Si se echa la mirada atrás, los números rojos sin contar la deuda se han recortado en 1.311 millones desde 2014, un 34,8%, y en 143 millones sobre la liquidación provisional de febrero. El nivel ejecución de las cuentas alcanzó el 93,84 %, un porcentaje ligeramente inferior al ??,?? % de 2018.

Desde el Consell pusieron ayer el foco en la mejora del resultado presupuestario ajustado (sumando el pasivo y los ajustes por las desviaciones del financiamiento), que se redujo en 131,2 millones de euros, de -974,3 millones en 2018 a -843,1 millones en 2019.

A la hora de presentar los resultados, la vicepresidenta y portavoz del Botànic, Mónica Oltra, dejó patente que la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana interfiere en el estado de las cuentas y condiciona la evolución de las finanzas autonómicas. El resultado presupuestario también se ha visto afectado por los 70,7 millones que ha tenido que provisionar el Consell en 2019 para hacer frente a la sentencia que obliga a la demolición de las Torres Gemelas de Benidorm, «un hecho que tiene su origen en la etapa del anterior gobierno», según resaltaron desde el Botànic.

Aumentan las obligaciones

Sobre un presupuesto final de 24.334,6 millones de euros, la ejecución de fondos de la Generalitat acabó en 22.834,9 millones. A 31 de diciembre de 2019 se habían abonado un total de 20.314,1 millones, cifra que equivale al 89% respecto del total de las obligaciones reconocidas, 1.700 millones más que en 2018, es decir, un aumento del 9,1%. Por su parte, el remanente de tesorería asciende a -3.139 millones. «Mientras no se disponga de un sistema de financiación autonómica justo que aporte a la Comunitat Valenciana los recursos que necesita, seguirá habiendo tensiones de tesorería», insisten las mismas fuentes.

La liquidación elaborada por la Intervención General sitúa en 3.949 millones de euros las obligaciones pendientes de pago y en 579 millones los derechos pendientes de cobro, mientras que los fondos líquidos ascienden a 454 millones y el saldo de dudoso cobro, a 220,5 millones.