«La educación ambiental lo ha de impregnar todo, eso es ser transversal». Así de taxativo se muestra Miquel Soler a la pregunta de si debe incluirse como una nueva materia en los planes docentes. «No hacen falta más asignaturas, sino cambiar el concepto», señala el secretario autonómico de Educación y Formación Profesional. Con un ejemplo muy gráfico, «en primero de Educación Secundaria Obligatoria tienen doce años y trece asignaturas». «Hay que ir a otro tipo de enfoque, porque los problemas de hoy no son los de hace veinte años», incide en el transcurso del foro sobre Educación Ambiental impulsado por Levante-EMV en la Fundación Bancaja, con el patrocinio de Facsa y Fovasa.

En un contexto de emergencia climática por el calentamiento global y con la sostenibilidad como nuevo referente, Soler cree que el futuro pasa por ejes como una revisión profunda del currículum escolar. También por formar especialistas, pero sin que todo recaiga en el sistema educativo. «Se ha de ir más allá en cuestiones como ésta y es un reto apasionante el que tenemos por delante», señala este firme defensor de la innovación y la autonomía de los centros para abordar proyectos interdisciplinares como pueda ser el desarrollo sostenible.

La tesis de Soler la comparte Anna Pons, directora del Centro de Educación Ambiental de la Comunitat Valenciana (Ceacv), para quien la educación ambiental debería estar integrada de manera troncal y transversal en todas las disciplinas. Con contenidos actualizados a los nuevos escenarios y exigencias climáticas. Pons, además, aconseja dejar atrás el catastrofismo y la negatividad. «No podemos estar siempre lamentándonos, pero sí hacernos preguntas sobre si podemos consumir menos o cómo vivirán nuestros hijos. La educación ambiental va de cuestionarnos cosas como esas en el día a día», señala. Preparar a la sociedad para la adaptación al cambio climático, con nuevos valores y herramientas son algunos de los aspectos en los que coincidieron los ponentes.

«Como dice Andreu Escrivà aún no es tarde, pero la esperanza de soñar con un mundo más sostenible, más justo y más solidario, ha de ir ligada a actuaciones de cada uno en su dia a día», defiende Pons. «No nos quedemos solo en las palabras», reclama.

Encargada de desarrollar la conferencia inicial, Pons pone en valor el trabajo que se lleva en el centro que dirige, dependiente de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, incidiendo en el papel que el sector privado ha de cumplir en esa transición hacia la sostenibilidad. «Las empesas se lo han de creer y lo han de incorporar. Tienen mucho por hacer, pero han de comunicarlo bien», remarca, punto donde no puede obviar el matiz crítico hacia algunas incongruencias del poder económico. «Caña al new greenwashing, no podemos admitir ese trampantojo que oculta la realidad», enfatiza.

Pons defiende la dignificación de la educación ambiental, aspecto fundamental también para Serafin Huertas, de la Asociación Valenciana de Educadoras Ambientales, un sector muy feminizado y mal pagado, como se encarga de recalcar. «Este tipo de educación ha de ser crítica, valiente y transformadora, pero no es cosa de niños», insiste Huertas. Y pone el dedo en la llaga al recordar el notable incremento de la emisión de gases de efecto invernadero en solo unas décadas, pero cuya reducción pasa por decisiones de los países industrializados con mayor peso internacional.

Una educación transformadora

En la mesa redonda posterior, uno de los que realizó una encendida defensa del papel pedagógico en la adaptación a los efectos del calentamiento del planeta fue Federico Buyolo. Tras su trabajo como director general de la Oficina de la Alta Comisionada para la Agenda 2030, el socialista ocupa ahora el puesto de director adjunto de gabinete de la ministra Isabel Celaá. «Queremos que la educacion sea transformadora, porque si nos preocupa qué planeta vamos a dejar, también nos preguntamos qué hijos e hijas vamos a dejar para el futuro», plantea Buyolo. Empoderar a la ciudadania fue otro tema de convergencia. «Hay mucha gente haciendo cosas y hay que hacerle sentir que no está sola, pero hay que crear una red que coja fuerza y la educación ambiental es fundamental en una sociedad ya crítica», mantiene Huertas.

«Medio ambiente somos todos»

«Entre todos podemos hacer cosas por el medio ambiente, que no es un tercero, que somos todos, y estamos en ello», asegura Lucia Gonzalez, de Ecoembes y responsable del proyecto Naturaliza. Eso sí, González mantiene que ha de ser la administración «quien ha de liderar» este tipo de apuestas que necesitan «presupuesto» para llevarlas a cabo. «Hay que apostar por la reducción, el reciclaje, la reparación y la reutilización, claro que sí», apunta.

La necesaria colaboración publico-privada fue otro de los aspectos que se abordaron y donde la coincidencia fue total. «Antes era impensable que las empresas integrasen en sus estrategias la cuestión ambiental, pero ahora está impregnándolo todo y más en una como la nuestra que se dedica al ciclo integral del agua como Facsa», apunta su director general José Claramonte. La cátedra impulsada por Facsa sobre el agua en la Universitat Jaume I de Castelló y la deFacsa-Fovasa de Agua, Residuos y Economía Circular en la Politècnica de València son prueba de la apuesta por la formación e investigación del Grupo Gimeno, cuyo presidente Enrique Gimeno estaba ayer en primera fila.

La sensibilización de la sociedad en la cuestión ambiental ha llegado también a las empresas, dispuestas a avanzar en ese camino de la sostenibilidad. «Contribuimos con nuestro granito de arena trabajando en el día a día y en la concienciacion», explica Juan Pablo Mateo, director general de Fovasa, dedicada al mantenimiento y limpieza de todo tipo de instalaciones y edificios.

El decrecimiento fue otro de los temas. Punto en el que Buyolo recordaba que aunque se muestra partidario de reducir el consumo, hay que ensanchar el crecimiento a aquellos a los que aún no ha llegado, colocando sobre el tapete la necesidad de una transición justa que no deje a nadie atrás. «Este es un trabajo de todos», era el lema de Soler para cerrar el acto.