Está por determinar el alcance del coronavirus, pero los médicos no se cansan de recordar que sus efectos conocidos son solo algo más graves que los de la gripe de toda la vida. Es cierto que el Covid-19 de Wuhan se expande rápido por el planeta, pero no es ni tan contagioso ni tan peligroso como la paranoia con que se habla de él. Cabe recordar, como ya publicó este diario, que tiene una mortalidad algo mayor que la gripe estacional, un 2 % del total de enfermos (en China, en países occidentales es del 0,7 %), y un índice de contagio moderado que se traduce en que cada caso genera otros dos.

Para combatir la histeria, el gráfico que acompaña esta información pone en su sitio al SARS-Cov-2 o coronavirus de Wuhan. Al lado de la infección de otros patógenos, y considerando solo los índices de mortalidad y contagio del Covid-19, es una gripe de consecuencias algo más severas que las de la gripe estacional.

Según el MicrobeScope publicado por la web de infografías Information is Beautiful -que combina datos de la OMS, el Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minesota y otros estudios-, el lugar del nuevo coronavirus está entre la muy peligrosa pero poco contagiosa gripe aviar (virus H5N1) y la levedad de la gripe porcina (H1N1), a la que se aproxima mucho en términos de baja mortalidad. La diferencia está en que cada caso de Covid-19 genera otros dos más mientras que los de gripe aviar y porcina se multiplican por menos de 1,5.

El lugar del coronavirus de Wuhan en el gráfico está entre las enfermedades levemente contagiosas y de baja mortalidad. Lejos de los parámetros de la difteria, tuberculosis, ébola, meningitis o la siempre letal rabia si se contrae y no se trata. Las enfermedades se presentan por patógeno (virus o bacterias) y forma de contagio (vía aérea, fecal-oral, comida y agua, fluidos corporales, mordeduras y picaduras y otras).

Respecto a los coronavirus, el también llamado coronavirus de Wuhan es mucho menos peligroso que el causante del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, o MERS-Cov, detectado inicialmente en esa región en 2012. El SARS-Cov (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), detectado por primera vez en la provincia china de Guangdong en 2002, también muestra índices más elevados que el nuevo SARS-Cov-2.

Un experto epidemiólogo consultado matiza que ambos tuvieron contagios mucho más localizados que el de Wuhan. «El nuevo coronavirus se extiende más que los otros, que estuvieron muy localizados, solo que sus casos están siendo menos graves», aclara este especialista de la sanidad pública.

Parámetros de mortalidad

Como se comprueba en el gráfico, los parámetros de mortalidad y contagio de la Covid-19, sin ser desdeñables como demuestra la preocupación de la Organización Mundial de la Salud, quedan eclipsados al compararlos con otras enfermedades históricas y recientes, a pesar de que las redes lo presenten como una especie de agente de la nueva peste bubónica (que tiene tasas de mortalidad del 15 y el 60 %, según el tratamiento recibido).

El citado epidemiólogo explica que las tasas de fallecimiento se calculan sobre casos clínicos, por lo que los contagios sin diagnosticar podrían rebajar esos índices. «En este gráfico se indica la tasa de muertes de China porque es donde más casos hay y donde mejor se ha estudiado. En los países desarrollados, el índice de letalidad baja al 0,7%», aclara.

Que la amenaza real del Covid-19 sea de momento menos dramática que la que viralizan las redes no significa que se deba subestimar su impacto. Es recomendable seguir las instrucciones de las autoridades sanitarias y mantenerse informado -por medios fiables y contrastables- de la evolución de los contagios y las medidas preventivas.