El nombre del cardenal Antonio Cañizares (Utiel, 1945) vuelve a estar entre los principales candidatos a ocupar la presidencia de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Aunque el arzobispo de València figura en lugar destacado junto al de su homólogo en Barcelona, Juan José Omella, todo es posible hasta el momento de la votación decisiva, hoy martes. El círculo más cercano a Cañizares incide en que parte con las mismas opciones que el resto. En todo caso, quien ostente el cargo a partir de ese momento tiene varios frentes abiertos con el Ejecutivo español, y no menores, como la ley de eutanasia, las inmatriculaciones o la supresión de la asignatura de religión del currículum.

En una entrevista a Religión Digital, Cañizares se mostraba taxativo al asegurar que no le apetece nada suceder a Ricardo Blázquez al frente de la curia española. «Pero si los obispos me votan, aceptaré», aseguraba acto seguido. En las quinielas figuran también el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, el obispo de Bilbao, Mario Iceta o el de Getafe, Ginés García Beltrán. El arzobispo de Valencia, que partió también entre los favoritos para sustituir en su día a Rouco Varela, no se ha cansado de reclamar capacidad de liderazgo al que ostente la nueva presidencia eclesiástica y diálogo con el Gobierno, las fuerzas sociales o con los intelectuales, entre otros.

Jubilación en el aire

Cañizares presentará su renuncia al papa en octubre al estar en edad de jubilarse, aunque ello no implica que le sea aceptada. «Podría continuar unos años más», insisten fuentes próximas al prelado, que en 2017 fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, cargo que ya ocupó de 2005 a 2008. Lo cierto es que a su favor, recuerdan, figura su historial como buen negociador y ponen como ejemplo su papel en la etapa del socialista José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno.

Blázquez se despedía ayer con un discurso en el que advertía de que las elecciones «no son un reparto de poder, sino ocasión para mostrar disponibilidad al servicio». En la votación de hoy estarán presentes 4 cardenales, 12 arzobispos, 48 obispos, 18 obispos auxiliares y 5 administraciones. Más allá de la elección, tras esta sesión arrancará el proceso de renovación de al menos un tercio del episcopado y las principales sedes. El Consejo de cardenales con Omella, Cañizares, Carlos Osoro y Blázquez pilotará, junto al Nuncio, la nueva etapa.

Las votaciones de hoy escenificarán las dos principales corrientes de la Iglesia española: la más conservadora y otra más cercana a Francisco. Omella representa a esta última y es conocido su intento de mediación entre el Gobierno catalán y el español antes de la Declaración Unilateral de Independencia en octubre de 2017. A Cañizares sus allegados le sitúan en el punto intermedio entre Omella y Jesús Sanz, candidato de Rouco Varela. Recuerdan, además, que le avala su talante dialogante aunque ya se ha enfrentado en varias pastorales al nuevo Gobierno.