Las comisiones de falla deben empezar desde hoy a desmontar todos los elementos de la fiesta. Pero, a la vez, la Generalitat ya ha anunciado la primera de las medidas para tratar de paliar el impacto social y económico y, por ende, moral, que va a generar la primera suspensión de la fiesta en 80 años. Ya ha anunciado a los agentes de la fiesta que va a habilitar espacios, prioritariamente en Feria València, para que aquellos artistas falleros que lo necesiten puedan guardar sus monumentos. Pero también está por decidir cómo ayudar a otros sectores, como el de floristas.

El aplazamiento obligará a adoptar medidas urgentes, precisamente con los artistas falleros, que es el sector más vulnerable. Y, de hecho, eran los artesanos los que tenían ayer una especial congoja. La decisión llega cuando algunas fallas están ya levantadas en gran medida. Pero para las que no están plantadas el problema es el mismo.

Un ejemplo era el de David Sánchez Llongo, que tiene la falla Exposición «levantada al 70 por ciento. ¿Ahora qué hago?» decía, visiblemente afectado. «¿Cuánto me va a costar el desmontaje? ¿Y almacenarlo todos estos meses?». Es sin duda en ese sector donde va a hacer falta un plan de acción porque Vicente Herrando lo advertía: «esperemos que no se alargue mucho, porque la sentencia de muerte de mi colectivo se puede adelantar,lo que nos jugamos los artistas falleros es nuestra propia subsistencia». No pocos artistas tienen que empezar a construir hogueras de Alicante nada más pasar el 19 de marzo.

Pere Baenas decía que «asumimos los acuerdos porque la salud pública manda». Y directamente bajaba las piezas del camión. «Es una desplantà por primera vez».

El colectivo fallero también tiene que prepararse para un escenario que nadie imaginaba, aunque intuyera. Ayer, los presidentes de agrupación se reunieron a medianoche después de que su presidente, Guillermo Serrano, fuera citado por el alcalde. «Es uno de los días más tristes de la historia de la fiesta». Defendían lo mismo que había propuesto el concejal Galiana: «aceptar la suspensión de los actos oficiales, pero mantener las fallas plantadas y la vida en el casl. Estamos en estado de shock porque ahora, aparte del dolor del desmontaje, queda mucho problema por resolver». En principio, todo parece indicar que los contratos suscritos (verbenas, carpas...) se podrán solventar por aplicación de medidas de excepción. Pero será a partir de hoy cuando de verdad se aclaren las cosas.

Anoche, los colectivos falleros (comisiones y agrupaciones) reaccionaron en general con una entereza encomiable. Se fueron anunciando las suspensiones no ya de la fiesta, sino de acciones que iban a llevar a cabo. Pero en un tono de resignación contenida. O la Agrupación Sagunt Quart: «queremos en primer lugar, pedir a todos los falleros y Falleras de nuestra agrupación, respeten la decisión del gobierno de nuestra comunidad, entendemos que la salud de las personas es prioritario en todos los sentidos, entendemos que ha sido una decisión muy difícil. O la falla Periodista Azzati: «Esperamos que el coronavirus pronto sea una pesadilla y podamos celebrar unas fallas como se merecen, pero la salud es lo primero». Sólo un pero se escuchaba: por qué no se decidió antes el aplazamiento. Aunque las consecuencias eran, a falta de que lleguen ayudas, igual de catastróficas.

Consuelo lo vivió en su casa

A medianoche, la Federación de Especial se desplazaba al ayuntamiento para pedir ser atendida por los representantes municipales, al no haber sido convocados a ninguna de las reuniones, siendo el colectivo más afectado.

Las falleras mayores verán ahora trastocadas sus agendas. Ayer, las mayores pasaron toda la tarde en casa de Consuelo Llobell hasta que les llegó el mazazo.