Empresas italianas funcionando a medio gas, incluso, algunas operando al 30% y establecimientos cerrados, salvo tiendas de alimentación y farmacias, dan una idea de la paralización y el aislamiento que sufre este país por las medidas impuestas por el Gobierno para frenar el coronavirus. Unas circunstancias que ya están teniendo los primeros efectos en algunas empresas de la Comunitat del calzado y del textil, para los que Italia es su tercer y cuarto mercado, respectivamente. Varios fabricantes zapateros han recibido ya cancelaciones o aplazamientos de pedidos por parte de clientes italianos, al igual que compañías del textil han registrado solicitudes de moratorias en los pagos ante la bajada del consumo y la parón productivo que sufre, sobre todo, Milán y la zona norte, según confirmaron la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresas de Calzado, (Avecal), Marián Cano, y su homólogo en la patronal textil Ateval, Càndid Penalba, quien incidía en que su sector «mantiene una intensa relación comercial en los dos sentidos: exportación e importación» con Italia. Ahora, la mayor preocupación del calzado «es la contracción de la demanda, también, a nivel nacional y europeo, ya que en una situación extraordinaria como esta, los productos de moda son más imprescindibles para los consumidores», informa Rosa Carrizosa.