«Estamos abatidos por la suspensión de las Fallas», así de contundente respondió a la pregunta de cómo han encajado la noticia del aplazamiento de las fiestas josefinas el coordinador dels vestidors de la Mare de Déu dels Desamparats, Pepe García Bosch.

Este grupo de personas encargadas de colocar las flores de la ofrenda los días 17 y 18 de marzo, formado por 42 integrantes entre hombres y mujeres, mostraron ayer su desilusión: «Hay que tener cautela con el coronavirus porque fiestas de Fallas hay todos los años pero vida solo tenemos una», expuso. Asimismo, argumentó que «es una desilusión muy fuerte pero debemos aceptar lo que digan las autoridades sanitarias».

García Bosch aclaró que, por encima de todo, «los vestidors no concebimos un año sin ofrenda a la Mare de Déu, tenemos esperanza de poder vestir a la Virgen y cuando el Gobierno ponga fecha a las Fallas allí estaremos nosotros para vestir a nuestra patrona». Sobre el manto, el coordinador dels vestidors de la Mare de Déu declaró que «no puedo desvelar cómo será porque estoy seguro de que pronto lo veremos» pero, en ese sentido, sí que adelantó que hay un 75 % de color blanco y el resto rojo con pinceladas de color amarillo y rosa.

El riesgo del calor

calorA la cuestión de si las flores aguantarán en una época más cercana al verano, en la que el sol azota de una manera más considerable que el que se luce en la temporada josefina, García Bosch expuso que «el calor les afecta mucho y deberíamos encontrar alguna fórmula de mitigarlo. Además de poner el toldo, deberíamos refrescarla con agua para que a los tres días no se murieran y que el manto luciera como se merece». Es ese sentido, también dijo que «nosotros nos encargamos de poner los ramos muy juntos y apretados para que no entre el calor tan rápido».

Por otro lado, el cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares, se dirigió a la comunidad diocesana de València: «Es la hora de la fe y de la confianza, no del miedo ni del pánico ante la epidemia del coronavirus. Caminamos, como los discípulos de Emaús, desconcertados, como echándose las sombras de la noche encima. Urge en esta situación caer en la cuenta de quién nos acompaña, el Señor, y abrirnos a la esperanza por esta compañía.

«Momentos para orar»

Asimismo, el cardenal arzobispo de València aseguró: «las esperanzas y los sufrimientos son también de la Iglesia y los hace suyos, de los que creemos en Dios y en su Hijo Jesucristo, y nos acercamos a su Madre y nuestra Madre de los Desamparados». «¿Quién se atrevería a decir que a la Iglesia le es ajena la situación delicada que atravesamos, los sufrimientos que en estos tiempos se ciernen sobre nuestra población, que no le importan los dolores, las expectativas, o las tensiones entre los hombres, las consecuencias -no sólo técnicas, médicas, o concernientes a las autoridades sanitarias- originadas o derivadas de esta epidemia, con tantísimas connotaciones profundamente humanas y tantas repercusiones que afectan tan directamente a lo más serio del hombre?», incidía el prelado.

«Mantengámonos unidos en oración, porque hay muchas personas sufriendo, como los afectados, los ancianos, pero también los sanitarios, los médicos, que con tanta abnegación y sentido de responsabilidad están atendiendo o previniendo a los afectados o allegados», señalaba en cardenal.

Finalmente, Cañizares pidió oración «para que ilumine su Rostro sobre España entera, sobre nuestra querida València, que hace el sacrificio de aplazar sus Fallas».El Arzobispo Antonio Cañizares afirma que es preciso «orar unos por otros, orar por las naciones y regiones más afectadas como la mayor prueba de caridad y cercanía nuestra, como lo mejor que podemos hacer por todos cuantos formamos esta humanidad única que somos todos», enfatizaba.