El desastroso 'efecto Coronavirus' en el ámbito económico de la Comunitat Valenciana ha contribuido al menos, motivado también por otros factores externos, a acelerar en el campo el ritmo de recolección de las variedades de naranjas y mandarinas de esta segunda fase de la campaña citrícola 2019/2020. Y si se comparan las cotizaciones en origen respecto a semanas anteriores se observa una mejora de los precios pagados a los agricultores.

Según el último boletín estadístico de la Lonja de Cítricos de València, las variedades Navel lane-late registran cotizaciones de entre 0,23 y 0,30 euros/kilogramo (unos valores, por cierto, un 40 % superiores a los de la campaña anterior), mientras que se pagan entre 0,32 y 0,42 euros por las Navel powell, barnsfield y chislett. Estos incrementos de precios, superiores a febrero, también se observan en las Valencia late así como en las variedades protegidas de mandarinas tardías como las tango, nadorcott, ortanique y orri. Los precios de esta última, de origen israelí, se sitúan entre 0,80 y 1,20 euros por kilogramo.

Según AVA-Asaja, el repunte de las cotizaciones tiene que ver también con un aumento de la demanda en la Unión Europea (UE), donde existe una oferta escasa respecto a otras campañas procedentes de terceros países como Egipto, Marruecos, Túnez, Turquía y Grecia. Con todo, la organización agraria liderada por Cristóbal Aguado se muestra «prudente» porque Italia ha paralizado su actividad mercantil y durante estas próximas semanas no llegarán, por tanto, envíos naranjeros procedentes de España al país alpino.

Costes administrativos

Mientras tanto, la Unió de Llauradors denunció ayer que los protocolos para exportar cítricos de España a terceros países son muy duros, hacen muy complicado entrar a nuevos mercados y el coste de la gestión administrativa de los mismos le supone al sector unos 5,2 millones de euros anuales. Por el contrario, los costes administrativos y de control para países terceros por el envío de sus producciones a la Unión Europea es cero porque la Comisión Europea no reclama reciprocidad a las exigencias que sí imponen a los cítricos europeos.

El informe de la organización gobernada por Carles Peris concluye de esta manera tan contundente y ejemplifica las dificultades evidentes para que los cítricos españoles conquisten nuevos mercados diferentes a los ya conocidos del ámbito de la Unión Europea. Por eso, no resulta extraño por tanto que el 94% de nuestras exportaciones citrícolas se quede en Europa.

Para exportar a países como EE UU, China, Japón, Corea del Sur o Australia se nos impone un protocolo específico severo que actúa como barrera y que según el estudio de La Unió encarece los envíos de media en 0,09 ?/kg al asumir costes de referencia de campos, desplazamiento pre-auditoria, desplazamiento de inspectores, asistencia de traductor, tratamiento en frío, gestión adicional al proceso fitosanitario en almacén, inspección in situ, envío de documentación y desplazamiento al Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) para agrupación de inspección.

Por otro lado, en una situación tan crítica e inesperada como esta, Asaja, Coag y UPA han decidido suspender el proceso de movilizaciones ante la crisis provocada por el coronavirus. Además, los agricultores y ganaderos garantizan la producción de alimentos para toda la sociedad española.