Las comarcas se despertaron ayer sumidas en un malestar generalizado. Sin comprender demasiado qué había pasado, digerieron como pudieron la suspensión y aplazamiento de las Fallas por decisión del Ministerio de Sanidad y la Generalitat Valenciana. El coronavirus ha pasado de puntillas por las comarcas valencianas (solo en Torrent se han diagnosticado varios casos) pero ha tumbado una de sus fiestas más importantes.

En l'Horta, la comarca más cercana a València con 230 comisiones desde Torrent a Paterna pasando por Puçol y Picassent, los consistorios empezaron a revocar los permisos para la ocupación de la vía pública, aunque se mostraron colaborativos y flexibles para recuperar la normalidad con la retirada de carpas y los monumentos. Las comisiones piden ya ayudas para paliar el impacto económico, además de lugares donde poder guardar los monumentos.

En Torrent se suspendió toda actividad fallera, incluida la que se celebra en los colegios, asociaciones o colectivos sociales. En los próximos 15 días no se concederán permisos para actividades lúdicas en la vía pública. En Manises, el alcalde Jesús Borras se comprometió a agilizar los permisos y trámites administrativos cuando vuelvan a convocarse.

En Catarroja, las comisiones tendrán 24 horas para retirar las nueve carpas instaladas mientras en Silla no hay tanta prisa y el consistorio estudia dónde guardar los monumentos. En Picanya lo harán en una nave industrial según declaró el alcalde, Josep Almenar.

En la Safor, La Federació de Falles y el ayuntamiento dejaron clara su postura unánime. La alcaldesa, Diana Morant, fue muy clara en esta cuestión: «nos hemos hecho a la idea de que no estamos en marzo», indicaba en una rueda de prensa. Sin embargo, el presidente de la Federació, Telmo Gadea, se confesó «destrozado».

Como en l'Horta, el consistorio revocó ayer todas las licencias otorgadas a las comisiones para las verbenas, cortes de calle o carpas, entre otros. Sin embargo, el ayuntamiento mantiene el contrato de las mascletades aunque modificará las fechas de disparo.

En Alzira, capital de La Ribera, la decisión se acogió desde la comprensión por parte de la Junta Local Fallera. Sin embargo, no omitieron las críticas y el presidente, Jaume Bohigues, reconoció que la decisión había sido «un palo» y deslizó cierto malestar: «Se comprende, pero no el martes a las 10 de la noche, a ocho días de las Fallas».

De las 16 comisiones de Sueca, cinco habían colocado sus monumentos en la calle. El consistorio de Damián Vazquez instó ayer a su retirada y desaconsejó realizar actividades en el interior de los casales. Aseguró que contarán con el «apoyo logístico» que el consistorio pueda prestar para su retirada.

«Ni siquiera habrá meriendas»

Al menos, no será ese el problema con el que tendrán que lidiar en Xàtiva. Allí, ningún ninot estaba en la calle aún, por lo que la «desplantà» no se llevará a cabo. La falta de piezas embaladas a la espera de la grúa ha minimizado, pues, el impacto visual „que no el anímico„ de la supresión de las Fallas. El alcalde, Roger Cerdà, pidió no organizar «actividades masivas». El presidente de la Junta Local Fallera, Jesús González, matizó: «Ni siquiera una merienda».

Mientras, en el Camp de Morvedre, 30 comisiones se quedaron en vilo. Casi ninguna había sacado los monumentos a la calle. Las seis 'grandes' los tenían a buen resguardo, pero esto no evitó que se planteara quemar las fallas «ya». Incluso el expresidente de la Junta Fallera de Sagunt Nino López, abogó por pedir «excepciones» porque la afluencia turística es mucho menor que en València capital.