Casi 1,2 millones de estudiantes de todas las edades estarán sin clase en la Comunitat Valenciana a partir del próximo lunes y por un periodo indefinido. A las 20 horas de ayer lo confirmaban el presidente Ximo Puig, el conseller Vicent Marzà, y la consellera de Universidades, Carolina Pascual, tras la reunión a la que también asistió la responsable de Sanidad, Ana Barceló.

De esta manera, se suspenderá toda actividad formativa y educativa. La medida cerrará guarderías, colegios, institutos y universidades «hasta nueva orden, en función de la situación sanitaria», lo que conlleva que casi 1,1 millones de escolares y estudiantes se queden sin clase: unos 46.200 niños y niñas menores de tres años, 784.797 escolares desde tres años hasta FP, 55.000 de centros privados, y más de 200.000 universitarios de todas las instituciones, además de unos 88.700 matriculados de Régimen Especial y EOI y de 23.600 de escuelas de adultos.

La decisión se toma, como explicaron Puig y Marzà, «para evitar un mayor contagio»,ya que la Comunitat Valenciana no está considerada zona de «alta transmisión», pero es un «buen momento para prevenir». Por eso, antes de la suspensión «se deja a los centros y familias tiempo para organizarse». Se trata de un escenario que Educación ya contemplaba, según apuntó el conseller, quien explicó que mantuvo contacto con los responsables de Educación vascos y madrileños, además de con el ministerio.

Aunque el alumnado no vaya a clase, los docentes sí deben hacerlo -con lo que no están de acuerdo los sindicatos Stepv y Csif-, aunque el conseller puntualizó que los directores y directoras podrán decidir «si un determinado maestro puede quedarse trabajando en casa». "La dirección del centro podrá promover los sistemas de trabajo a distancia o semipresencial cuando estos garanticen la continuidad y seguimiento de las actividades educativas previstas en esta resolución", apuntan desde la Generalitat.

Así, el personal docente, no docente, de administración y servicios así como cualquier otro que presta servicios en los centros educativos públicos y concertados asistirá, con carácter general, a los centros educativos.

El objetivo es que la dirección de los centros, con la colaboración del conjunto del profesorado, coordinará la planificación de la programación lectiva durante el periodo de no asistencia en el centro y establecerá, si hace falta, el calendario de las reuniones necesarias para garantizar la coherencia de la respuesta educativa dada por el centro en relación a los diferentes niveles y enseñanzas ofrecidas.

Y es que, el conseller abrió la posibilidad de que el alumnado no universitario «reciba formación con cierta continuidad aunque no vaya a clase». De hecho, esa es la opción para los universitarios, ya que la consellera Pascual explicó que los jóvenes no acudirán «físicamente» a los campus, pero que las universidades «facilitarán los medios para la docencia virtual».

Pese a rumores, por la mañana el Consell mantenía las clases cuya suspensión se planteó a primera hora de la tarde, poco antes de que el presidente Pedro Sánchez recomendara el cierre de todos los centros en España. El Gobierno adelantó que habrá «una flexibilización normativa» para que esta situación no afecte a los estudiantes, que las prácticas de FP se podrán posponer o concentrar, y que se estudiará con las CC AA retrasar la Selectividad.

Por otro lado, la conselleria que dirige Carolina Pascual pedirá a los rectores el lunes la colaboración de la comunidad científica y los equipos de investigación de las universidades.