Objetivo prioritario: el cumplimiento a rajatabla del estado de alarma para mantener a raya la expansión de Covid-19, la enfermedad respiratoria que el coronavirus está propagando a una velocidad vertiginosa, y contener los contagios. Esa es la principal misión que tienen desde hoy las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tanto estatales como locales, dejando en segundo plano cualquier acción policial que no sea de extrema urgencia.

Desde ayer por la mañana, antes incluso de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara oficialmente el establecimiento del estado de alarma por segunda vez en la democracia española, pero cuando esa declaración era ya más que una mera posibilidad, los máximos responsables en la Comunitat Valenciana de la Policía Nacional y de la Guardia Civil ponían en marcha las primeras instrucciones.

Así, la prealerta en la que viven desde ayer los policías y guardias civiles destinados en la Comunitat Valenciana hasta conocer las medidas concretas de las que les responsabilizará el decreto ley que el Gobierno tiene previsto aprobar hoy en un Consejo de Ministros extraordinario para dar contenido al estado de alarma, llevó a los mandos a pedir a todos sus agentes que estuviesen localizables las 24 horas del día y con disposición inmediata para incorporarse al puesto de trabajo en el que se les requiera.

Además, se pidió a todos los policías y guardias civiles que habitualmente trabajan de paisano -esencialmente los grupos de investigación y los de Información (antiterrorismo)- que tuviesen a punto sus uniformes y se ocupasen de sustituir aquellas prendas o elementos de los que carecieran.

Aunque al cierre de esta edición no se conocían las instrucciones concretas, dado que estas estarán incluidas en el decreto que se aprobará hoy, los mandos consultados coincidían en señalar que, lo más probable, es que una de las primeras medidas, como ha ocurrido en otros momentos de crisis como el 1-O, sea la suspensión de todos los permisos y vacaciones, así como de las funciones habituales.

Esto significa que sino todos sí la mayoría de los agentes pasarían a prestar servicio de uniforme y en la calle, para controlar el estricto cumplimiento del confinamiento de la población que, hasta ahora, solo había sido una sugerencia, y que los técnicos consideran como la única posibilidad de contener el acelerado contagio del coronavirus.

Algunas de las fuentes consultadas consideran que la situación actual será incluso más drástica que la vivida con el fallido referéndum catalán o con la instauración de los grados más elevados (reforzados es el término que emplea Interior) de la alerta 4 por terrorismo en la que España vive desde junio de 2015.

Así, salvo asuntos urgentes e inaplazables, todos los policías y guardias civiles estarán en la calle controlando el cumplimiento del decreto y evitando alteraciones del orden público, desabastecimiento o reventa y/especulación con bienes y productos de primera necesidad. También se les encomendará evitar o controlar altercados o conatos de pillaje, dado que los establecimientos estarán cerrados, en su mayor parte, y habrá mucha menor circulación de personas al implantar el teletrabajo en las empresas donde sea posible.

Llegan los primeros equipos

Dentro de ese escenario de excepcionalidad, la seguridad y vigilancia de las infraestructuras críticas y sensibles -vías de transporte y comunicación, puertos, aeropuertos, la central nuclear de Cofrentes y las eléctricas, así como las instalaciones de telefonía y telecomunicaciones- serán una prioridad para las fuerzas del orden, ya que garantizan el mantenimiento de la normalidad dentro de la anomalía que supon un estado de alarma general para todo el país y sus habitantes.

A pesar de que la emergencia sanitaria era una realidad previsible hace ya varias semanas, ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil había empezado a distribuir mascarillas entre todos sus agentes hasta hace pocos días y, según algunas fuentes, han llegado en número insuficiente, por lo que no habrá para todos.

Tampoco los geles desinfectantes han llegado a todas las unidades, principalmente a aquellas que no prestan servicio de uniforme. De hecho, muchos de ellos están siendo aportados por los propios agentes. Sí existe, no obstante, disponibilidad de guantes de nitrilo en todos los departamentos, ya que son de uso común en las policías.

Los jueces sólo atenderán casos urgentes

El TSJ valenciano ha acordado la suspensión generalizada de los plazos procesales y todas aquellas actuaciones judiciales programadas que no sean urgentes o esenciales. La medida se ha tomado tras la declaración del estado de alarma y contempla mantener los servicios mínimos de un 10 % del personal en Justicia, desde fiscales hasta funcionarios y que los jueces, salvo los de guardia, solo atiendan situaciones que no pueden esperar, como protección de menores, internamientos urgentes, causas con preso, levantamientos de cadáveres y otras diligencias que no admiten demora.