El estado de alarma y la obligación de permanecer recluidos en las casas para intentar evitar la propagación del coronavirusestá siendo acatado por la gran mayoría de la ciudadanía, aunque algunos no se han dado por alulidos y han obligado a los cuerpos de seguridad a actuar. Así sucedió ayer en Silla, donde una mujer fue detenida tras ser sorprendida sentada leyendo en un banco de un parque público, al que accedió tras romper el precinto. La mujer sólo alegó que no podían coartarle su derecho a ser libre.

Multas por saltarse la cuarentena del coronavirus en Valencia

En otras localidades como Benetússer, Sedaví o Aldaia, los agentes también impusieron sanciones por circular en la vía pública, pasear por la calle con menores, pasear en grupo al perro, además de desalojar un bajo donde estaba un grupo de personas. En Rocafort, la Policía Local identificó hasta a 22 personas por estar en la calle sin motivo justificado, siendo sancionadas tres por desobediencia al negarse a regresar a sus casas y seguir con sus planes previstos, como «dar un paseo por la huerta para despejarse o que les diera el aire», según explicaron fuentes solventes. En estos tres casos, se iniciaron procedimientos sancionadores, con multas mínimas de 1.500 euros, según las mismas fuentes.

En Xirivella, la Policía Local impuso sanciones a dos establecimientos hosteleros que decidieron abrir sus puertas, congregando a diversos clientes, que estaban consumiendo comida y bebida cuando entraron los agentes.

En Riba-roja de Túria, varios ciclistas fueron multados el domingo por practicar deporte en el exterior pese a las advertencias de las autoridades. En Llíria fue un bar el que tuvo que cerrar la persiana tras la multa de la Policía Local, ya que el local permanecía abierto pese a haber sido decretado el cierre de todos los restaurantes, bares y cafeterías en la media noche del viernes.

Domingo de cuarentena por coronavirus en Sant Esperit, en Gilet

La Policía Local de Gilet interpuso tres multas de 200 euros cada una el pasado sábado después de que decenas de familias obviaran el cierre de la zona recreativa de Sant Esperit y, tras saltarse los precintos, acudieran allí a pasar el día, con nevereas y provisiones incluidas, como un día cualquiera de Pascua.

De hecho, como la zona de aparcamiento estaba cerrada, numerosos coches aparcaron junto al monasterio, en el lugar donde habitualmente se monta la terraza del bar o en el mismo camino. Por ello, solo cuando la Policía Local empezó a multar, comenzó a despejarse la zona, como explicaba el alcalde, Salva Costa, a preguntas de Levante-EMV.

En Dénia, la policía identificó ayer a 200 personas que salieron a la calle para realizar actividades no autorizadas. A un corredor de «running» los agentes lo sorprendieron tres veces. Le advirtieron de que volviera a casa, pero al rato en otro punto de la ciudad lo volvieron a ver corriendo. Lo sancionaron.

Mientras, en Calp, los agentes comprobaron que dentro de un bar había actividad. Se habían corrido las cortinas, y dentro había gente. También se multó a este establecimiento. Además, la policía y la Guardia Civil están controlando los accesos al municipio y pidiendo a los trabajadores que acuden a Calp un certificado de su empresa y les instan a que acudan cada uno en un coche.

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