Casi siempre en estas fechas es todavía de noche y ayer, además, llovía y hacía frío. Hay empleos en los que el teletrabajo -poder desarrollar tu labor profesional desde casa- no es posible por su propia naturaleza. No es posible para los cuerpos de seguridad del Estado, por ejemplo, ni para el personal sanitario, empleados de supermercados y aquellas personas que día a día mantienen limpias nuestras calles y plazas en estos momentos decisivos.

Desde que las restricciones a causa del coronavirus han ido en aumento así como el miedo social, trabajadores y trabajadoras de la limpieza han visto como la gente ha dejado de introducir las bolsas de basura dentro de los respectivos contenedores y han optado por dejarlas fuera para que sean ellos mismos quienes la recojan. «Yo lo entiendo, tienen miedo de tocar con las manos el contenedor por si se contagian, pero si lo dejan en el suelo nos toca a nosotros hacerlo y no al camión, que es más higiénico», explica de una de las empleadas de la limpieza de un municipio de l'Horta, refugiada bajo su uniforme amarillo.

Tener guantes a mano

La solución es bien sencilla: bajar la basura con guantes o limpiarse las manos con jabón nada más introducirla en el contenedor. Luego va el camión, lo vacía y el riesgo para los empleados se minimiza. «Es muy importante que la gente meta todo dentro de los contenedores», insiste otro de sus compañeros. «Los que trabajamos en esto somos muy propensos a coger cualquier enfermedad tocando la basura de la gente y en estos días es muchísimo peor. Tener el municipio limpio nos ayuda a todos a frenar el Covid-19», añade.

Pero no todo lo que se encuentran en su labor diaria en estos tiempos de pandemia son gestos egoístas. En algunos contenedores, los vecinos del barrio les dejan pegados en los contenedores carteles de ánimo y agradecimiento, carteles que significan mucho. «¡¡Los vecinos de esta calle os damos las gracias!!», se puede leer en uno de ellos. A los aplausos nocturnos en homenaje a los sanitarios y a los empleados de supermercados quizás tocaría sumar ahora también a quienes mantienen limpias nuestras calles, ¿no?