Se empezó a notar el fin de semana, pero ha sido durante los dos primeros días laborables de confinamiento obligado para intentar contener la expansión del coronavirus cuando más se ha notado el bajón que ha habido en las urgencias de los hospitales valencianos.
En los grandes centros de la capital, como La Fe o el Hospital Clínico, el lunes y el martes la actividad había descendido hasta un 70 %. «Si en un día normal solemos tener unas 600 urgencias, más incluso a principios de semana, el lunes tuvimos unas 200», explican fuentes internas del Hospital La Fe. Lo mismo ha sucedido en el Clínico y en otros grandes centros comarcales como el hospital de la Ribera, con cifras que bajan a la mitad.
Es la consecuencia directa del estado de alarma y de obligar a la población a permanecer en casa. Con menos gente interactuando en la calle, en el trabajo o en las tiendas, se logra que el virus Covid-19 tenga menos posibilidades de propagarse de una a otra persona, pero se consigue, además, la rebaja de la actividad hospitalaria de urgencias: a menos coches circulando, menos accidentes de tráfico. A menos salidas al monte, menos luxaciones y piernas rotas... y así sucesivamente. Precisamente en la Ribera, las urgencias traumatológicas habían llegado a caer un 70 %.
Es uno de los primeros impactos -positivos- de la cuarentena impuesta a la población desde el pasado fin de semana por el Gobierno. Eso, y el miedo a estar en un punto caliente de infección hace que muchas personas eviten estos días acercarse a las urgencias de los centros hospitalarios, donde, ahora más que nunca, llegan los casos urgentes «de verdad», según explican los profesionales, la mayoría relacionados con problemas respiratorios.
Parón en consultas y operaciones
Para ayudar a que el sistema se concentre en lo que va a ser vital en los próximos días, los enfermos de coronavirus, y poder atender también en condiciones al resto de urgencias, los departamentos de salud de la Comunitat Valenciana han empezado ya a anular de forma masiva operaciones no urgentes, pruebas diagnósticas y consultas externas que no sean preferentes. Según aseguró ayer el president de la Generalitat, Ximo Puig, esta medida se estaba dejando notar ya en las UCI, liberando espacio.
Desde la Conselleria de Sanidad no han aportado, sin embargo, datos de cuántas operaciones y pruebas se han suspendido. Por su parte, desde el sindicato CESM criticaron que en el Hospital de Sagunt no se hubiera parado la actividad quirúrgica y pidieron la dimisión del gerente por estar poniendo «en riesgo a la población».
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