Como ya se hizo en su día en los hospitales de China y se empezó hace unas semanas a aplicar en los centros madrileños, en las unidades de cuidados intensivos valencianas se han empezado a utilizar ciertos medicamentos contra el VIH, la malaria o el ébola para intentar paliar el avance de la enfermedad que provoca el coronavirus, sobre todo en los casos más graves.

La enfermedad es nueva, el cuerpo humano no tiene anticuerpos para luchar contra el SARS-CoV-2 y tampoco la ciencia tiene un tratamiento específico todavía. Mientras se avanza en el desarrollo de la vacuna y centros de investigación de todo el mundo hacen ensayos clínicos sobre medicamentos que podrían ser útiles para frenar la enfermedad o su contagio, a los profesionales sanitarios solo les queda atender a los pacientes que entran en los hospitales con estrategias de apoyo, aliviando los síntomas de la neumonía que provoca la enfermedad.

Es en los casos en los que la patología ya ha avanzado mucho y en los que no se ve otra solución en los que, como ya se ha hecho en otros sitios, se está probando bajo el protocolo de medicamento de uso compasivo ciertos antivirales que están aprobados por la Agencia Española del Medicamento Aemps pero que, en principio, tienen otras aplicaciones.

Contra la malaria o el VIH

Siguiendo la estela de los chinos, los intensivistas valencianos están usando medicamentos que ya existen para intentar contener el avance en el cuerpo del coronavirus o su contagio. Son, por ejemplo, la hidroxicloropina que se utiliza para contener los efectos de la malaria; un antiviral como el inmunoferón y un medicamento específico para evitar el avance de la infección por el VIH compuesto por los principios activos lopinavir y ritonavir.

Todos son medicamentos aprobados en España aunque para otras aplicaciones. A estar terna hay que añadir un cuarto principio activo que, en esta ocasión sí es un tratamiento aún experimental. Se trata del remdesivir, un antiviral que interfiere en la replicación del virus e intenta frenar su extensión en las células humanas y que se desarrolló en principio para el ébola.

Como están destinados a otras enfermedades, ni está demostrada su efectividad ante este coronavirus ni tampoco sus efectos secundarios de ahí que se utilicen como última opción (protocolo de uso compasivo) y bajo estricto control de las autoridades y autorización de los enfermos y familiares.

Los cuatro suponen el, corto, arsenal farmacéutico de los profesionales ante una pandemia que en la Comunitat Valenciana ha afectado a 726 personas desde el principio y que mantiene ahora mismo ingresadas a 252 personas, de las que 40 están en una UCI en estado grave: dos en Castelló, 17 en Alicante y 21 en Valencia.

Ensayos clínicos

Además de la búsqueda de la vacuna, hay equipos de investigación, también españoles, que están trabajando con estos fármacos y otros como el darunavir para confirmar su eficacia y seguridad en enfermos de Covid-19, la enfermedad que genera la infección por el coronavirus SARS-CoV-2. Este lunes empezaron varios ensayos clínicos en hospitales de Madrid, Cataluña y el País Vasco que, gracias a pacientes voluntarios probarán la eficacia de estos medicamentos en la lucha contra el coronavirus.