De los coches al material sanitario para el Estado. Esto es lo que planea realizar, al menos parcialmente y de forma temporal, el fabricante de automóviles General Motors. La compañía ha planteado al Gobierno de su país, Estados Unidos, utilizar parte del espacio que tiene en sus instalaciones fabriles, cerradas parcialmente por el coronavirus, para producir ventiladores para hospitales. Así lo ha comunicado la consejera delegada de la empresa, Mary Barra, a uno de los principales asesores económicos de Donald Trump, Larry Kudlow, según dijo el propio Kudlow a la cadena Fox.

Tras el anuncio de Kudlow ha trascendido que otros rivales de General Motors están en conversaciones en esta misma línea con la Administración Trump, como Ford. Por su parte, el fundador de Tesla, Elon Musk, dijo en redes sociales que su empresa también actuaría así en caso de que lo necesitara Estados Unidos, que, junto a Europa, sufre el mayor cierre industrial desde la Segunda Guerra Mundial.

En España, también aparecen las primeras iniciativas en esta dirección, aunque mucho más modestas. Las empresas textiles integradas en la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) han puesto a disposición del Gobierno sus fábricas y talleres para producir mascarillas u otro tipo de material sanitario. Esta agrupación integra a compañías como Andres Sarda, Reliquiae, Dolores Cortes y Juana Martín, según Efe.Siguen así la iniciativa de Amancio Ortega, fundador de Inditex, que donó 10.000 mascarillas protectoras.

La industria de la automoción ya protagonizó reconversiones de actividad por sentido patriótico en otras ocasiones en la historia, como cuando en la década de 1940 atendieron la llamada de Franklin D. Roosevelt y pasaron a suministrar vehículos militares. Lo hicieron desde la cuna del motor, Detroit, que pasó a ser conocida en el país como el arsenal de la democracia.