Un primer caso positivo de coronavirus afecta ya al mayor geriátrico público de la Comunitat Valenciana, ubicado en las afueras de Carlet, según confirmaron ayer a Levante-EMV diversas fuentes de la propia residencia, aunque las autoridades sanitarias no quisieron corroborar ese dato. Se trata de una trabajadora sustituta que pertenece al colectivo de auxiliares y que, desde el pasado mes de diciembre, realiza tareas de limpieza y desinfección.

La afectada recibió ayer el positivo, aunque los trabajadores ya observaron comportamientos que presagiaban el contagio. Según relataron las mismas fuentes, un equipo profesional realizó tareas de desinfección en zonas comunes, como es el caso de los vestuarios, pero también en la quinta planta, que es donde la empleada estuvo realizando tareas de limpieza en su último turno. Asimismo, las autoridades sanitarias han confinado en sus domicilios a todas las personas que han estado en contacto con ella recientemente, tanto la conductora que la traslada a la residencia como aquellos integrados en su grupo de trabajo. Ella, evidentemente, también se encuentra aislada.

Pese a lo ocurrido en la residencia Santa Elena de Torrent, uno de los principales focos de coronavirus de la Comunitat, los trabajadores se quejaban ayer de la falta de medidas preventivas en Carlet. «Esta persona y sus compañeros han hecho su trabajo sin ninguna protección, no se han establecido protocolos especiales y, de no ser porque ella misma los adquirió, tampoco habría trabajado con los guantes adecuados porque las órdenes dadas nos decían que hasta que no hubiera ningún caso no sería necesario contar con tanta protección», lamentaron.

Sin protocolo preventivo

Los trabajadores de la residencia de Carlet tienen la sensación de que no se ha actuado con la precaución que requería la situación. «El Gobierno nos dice que estemos confinados en casa, sin salir siempre que no sea necesario, pero aquí, que tenemos a personas que forman parte de un grupo vulnerable, no se han establecido medidas especiales», denunciaron las mismas fuentes, que añadieron: «Hasta hace muy poco, el personal y los residentes que tienen movilidad han circulado tranquilamente por la residencia, como si el Gobierno no hubiera impuesto una situación excepcional. Los auxiliares han estado sin mascarillas, se juntaban en el comedor para almorzar como si nada. Cualquiera ha entrado y salido con total libertad, de hecho, hasta el martes seguía viniendo el autobús a la puerta. Además, los administrativos han trabajado hasta esta misma semana codo con codo, siete personas que no mantenían las distancias recomendadas entre ellas».

Por último, las mismas fuentes lamentaron que las residencias para personas mayores, en general, «hayan estado trabajando sin medidas de protección, porque no las tienen» pese a que el colectivo se considera uno de los que más peligro corre en caso de contagiarse. «Es una posibilidad que puede darse única y exclusivamente por culpa de los que venimos de fuera, seamos trabajadores o familiares, porque ellos viven en la residencia y no correrían ese riesgo de ninguna otra forma», concluyeron apesadumbrados.