El Ministerio de Sanidad informó ayer de que el número de contagios en España ha subido un 16,5 % en las últimas 24 horas, hasta los 19.980, 2.833 casos más que el jueves. El porcentaje de nuevos casos es inferior al del día anterior (que fue del 25 %), pero el director del centro de emergencias, Fernando Simón, reconoció que hay que interpretar estas cifras con cautela puesto que las notificaciones están sometidas «a muchos factores» y conviene atender más a la evolución en un periodo más largo que el diario. La caída de casos puede estar, por tanto, más relacionada con retrasos en las notificaciones que con las limitaciones del estado de alarma. Por otro lado, el número sigue en ascenso hasta los 1.002 fallecidos, 235 más que el jueves.

La cifra de contagiados, por abultadas que puedan parecer, siguen sin contemplar todos los casos, dado que a los enfermos leves, en tratamiento domiciliario, no se les hacen las pruebas diagnósticas para conocer si sufren o no la enfermedad, lo que está provocando que «los datos infravaloren la transmisión total», según reconoció Simón ayer.

Sanidad, junto a las autonomías, lleva días tratando de paliar esta situación con la adquisión de test rápidos que se harán a los casos leves con síntomas y se implantarán de forma progresiva en los próximos días. Galicia empezó a realizarlos ayer, pero en el resto de España parace que se retrasa. Y es que según el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aún se está trabajando «intensamente para adquirir una cantidad importante de test», según dijo, «lo más rápido posible» donde sean «más prioritarios».

Medidas contra el «estrés»

Más allá de los contagios, lo que preocupa a las autoridades sanitarias es el «estrés» que están sufriendo algunas unidades asistenciales, sobre todo en las zonas con más casos. «Es cierto que algunas unidades tienen un estrés cercano al límite», señaló Simón, quien reconoce que debido a la «sobrecarga» en algunas UCI de determinados hospitales se está siendo «un poco más restrictivos a la hora de admitir pacientes». Si bien, Sanidad y las autonomías afectadas están trabajando contrarreloj para aumentar el número de personal sanitario y camas para atender a estos pacientes. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, la región con más casos, anunció que va a montar un hospital en el reciento ferial Ifema con la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Según explican, contará con 5.500 camas de hospitalización y UCI para «dar respuesta a la demanda asistencias» que se prevé para los próximos días.

El número de personas hospitalizadas hasta las 12.00 horas de ayer era de 10.542, el 52 % de los contagiados que figuran en la estadística oficial y en la UCI hay 1.141 personas ingresadas. La buena noticia, según explicó Simón, es que ya se están dando las primeras altas también a personas que han estado en la UCI, aunque el promedio de permanencia en estas unidades es largo, de 28 días. Ha habido seis altas ya en la Comunidad de Madrid, la primera donde se agravó el brote. Y, en toda España, la cifra de personas curadas se elevó en la jornada de ayer a 1.585 casos.

Datos aún preliminares indican que el 33 % de los contagiados tienen más de 65 años y el 18 % más de 75 años. De ellos, hasta el 32 % desarrollan neumonías graves, lo que explica la letalidad que está habiendo en algunas residencias de ancianos y grupos de mayores que, a juicio de Simón, «no supera» la observada en otros países en grupos de edad equivalentes. Si bien, el coronavirus se ha llevado por delante la vida de al menos cinco personas menores de 65 años: la primera del personal sanitario, una enfermera de 52 años; dos guardias civiles de 39 y 38 años; un joven de 21 que padecía leucemia y otro de 22 años con factores de riesgo previos.