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El virus golpea tres veces: autónoma, confinada y sin boda

María José González se vio sorprendida por la declaración del estado de alarma la jornada anterior del que debería haber sido el día de su celebración

Mª José, el día de su boda civil.

En apenas unos días, España se ha enfrentado a uno de los momentos más complicados de su reciente historia. La expansión del coronavirus ha obligado al Gobierno a decretar el Estado de Alarma en todo el país, lo que ha derivado en el cierre de miles de locales y el confinamiento de millones de personas. Además, muchas de ellas han tenido que cancelar sus planes a corto plazo.

En este punto, el caso de Mª José González Beltrán, residente en València, reúne los problemas que están viviendo muchas personas durante los últimos días, al quedarse confinada en casa, con su comercio cerrado y sin boda. Como ella misma afirma, «el coronavirus me ha golpeado por tres», aunque espera no tener que lamentar ningún problema de salud en su familia.

Mª José (47 años) y su pareja -que ha preferido mantener su anonimato-iniciaron su relación hace 7 años. El año pasado, este le propuso matrimonio con la condición de que ella dejara de fumar: «Me lanzó un órdago y lo cogí». Cuando empezaron a organizar la boda, en julio, no podían ni imaginar lo que terminaría sucediendo meses después.

A pesar de que la evolución de la crisis sanitaria a nivel mundial era alarmante, Mª José admite que «con el asunto de la boda, no nos habíamos enterado y tampoco nos los queríamos creer». Finalmente, fue el propio restaurante el que les confirmó el peor de sus presagios cuando, el viernes 13 al mediodía, les llamó para confirmar el cierre y cancelación de la boda, debido a las medidas tomadas por el Gobierno.

Mª José recuerda como «muy angustiosas» las horas posteriores, en las que ella y su pareja tuvieron que llamar, uno a uno, a todos los servicios contratados y a los 80 invitados. «Algunos no se lo creían», relata. «En el primer momento, se te cae el mundo a los pies; el segundo golpe es el dinero; y el tercero, la gente, que se estaba jugando su salud por mí». Entre los invitados, destaca el caso de tres personas mayores que venían desde Alemania y tuvieron que volver al día siguiente en un coche alquilado al país germano, tras la cancelación de su vuelo.

Con el paso del tiempo, Mª José admite que la cancelación «ha sido lo mejor»: «Con mascarillas, sin poder tocarnos ni besarnos, hubiese sido una boda de porquería», confiesa. Ahora, tan solo espera poder encontrar una nueva fecha para la boda, que podría ser en junio, y «que sea igual de bonito».

La crisis del coronavirus también le ha perjudicado como autónoma, pues posee un comercio de ropa de mujer: «Recibimos hace poco la campaña primavera y verano, tengo la tienda llena», asegura Mª José, preocupada por poder pagar los costes si no puede abrir su tienda. Sin embargo, ahora solo piensa en proteger a su familia y admite estar «preocupada y asustada» por la crisis del coronavirus, sobre todo por su madre.

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