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Los encargos oficiales y la venta on line dan un respiro a la golpeada industria del textil

Algunas compañías mantienen una cierta producción para atender a los mercados internacionales que aún no han cerrado

Los encargos oficiales y la venta on line dan un respiro a la golpeada industria del textil

Como otras tantas actividades, la industria del textil valenciana está sufriendo en sus carnes los embates inmisericordes de la crisis del coronavirus tras la paralización de España. El cese de la producción y los expedientes temporales de empleo están al orden del día. Sin embargo, los encargos de las administraciones para el suministro de material sanitario y las ventas on line están aliviando a algunas empresas, aunque sea con respiración asistida, tal como confirma el presidente de la patronal valenciana del textil Ateval, Càndid Penalba.

El también máximo responsable del Consejo Intertextil de España tenía previsto presentar un ERTE al 50 % de la plantilla pero el viernes decidió ampliarlo al 85 % de sus 220 trabajadores después de mantener el mismo día un encuentro con su principal cliente: la multinacional sueca Ikea. La idea de Penalba es que la mitad de sus empleados siguiera al frente de la compañía, que paralizó temporalmente la producción el domingo pasado, para dedicarse a producir stock para cuando pasara la crisis. Pero ante el nulo entusiasmo por parte de los directivos de la firma nórdica, optó finalmente por no jugársela y que solo trabaje el 15 %.

Será el personal que se encargue de cubrir la demanda que aún tiene la empresa, procedente del exterior, de países que todavía no están en la situación de parálisis que afecta a España y buena parte de Europa. A modo de ejemplo, Penalba citó un contenedor con productos que partió el viernes hacia México, otro «que me ha entrado para Japón» y un camión para Ikea con destino a Rusia.

Mundo digital

En relación con esto, el presidente de Ateval explicó que todavía «el comercio mundial no está parado» y que tanto su empresa como otros fabricantes del sector están recibiendo distintos picos de demanda en España gracias a la venta on line.

Y es que, al parecer, el aislamiento al que está sometida buena parte de la población española no es óbice -más bien al contrario, es un acicate- para que se mantenga cierto número de compras a través de internet, en cualquier caso no de una elevada cuantía en número. «La gente compra desde casa. A los empresarios textiles nos están comprando plataformas como Privalia o Amazon, que a su vez suministran los productos a sus clientes», afirma, antes de comentar que también está expidiendo productos -textiles para el hogar, como fundas de colchón- para un cliente alemán que está especializado en la venta on line. Según su relato, las mencionadas plataformas están permitiendo mantener de forma muy parcial el negocio de algunos fabricantes, a diferencia de lo que sucede con los que producen para vender en tiendas físicas.

El otro balón de oxígeno del sector está en la especie de economía de guerra en la que vive España por el coronavirus y que está obligando al Gobierno a movilizar todos los recursos del sector privado para fabricar productos básicos para hacer frente a la situación, singularmente tejidos para prevenir el contagio de los trabajadores sanitarios, los más expuestos al virus.

Suministros

En este sentido, el presidente del Consejo Intertextil explicó que tanto esta entidad como Ateval han enviado a la Generalitat y al Gobierno central un listado con empresas que pueden fabricar distintas prendas textiles de la máxima necesidad como mascarillas. No solo eso, también hay ya empresas extranjeras que han contactado con las patronales valenciana y española del sector para ofrecer sus capacidad de fabricación. En concreto, según Penalba, una de las ofertas ha procedido de China, de una compañía que está homologada por la Unión Europea y que está en disposición de producir mascarillas quirúrgicas y para otro personal sanitario.

La buena noticia de este ofrecimiento es la constatación de que China, origen del coronavirus y que fue el primer país que casi se paralizó para contenerlo, ya se ha puesto en marcha, al menos en lo que respecta a su industria. Un motivo añadido de preocupación para los industriales del textil por si sus competidores asiáticos acaban robándoles a parte de su clientela.

Colaboración

Mientras llega o no esa tesitura, Penalba citó algunos ejemplos de la colaboración que ya se está produciendo entre las firmas textiles y las administraciones públicas, aunque sin citar nombres concretos. Así, una empresa de Banyeres a la que le quedaban 2.000 mascarillas lo comunicó a la Generalitat al enterarse de las carencias que tenía un hospital de la Marina Baixa y un coche oficial fue a recogerlas.

Una compañía de la ciudad de València que está homologada para producir material sanitario, «tenía un tejido para mascarillas sin homologar y la hemos puesto en contacto con el instituto tecnológico del textil Aitex para que certifique urgentemente esas telas y que la empresa pueda ponerse ya a fabricarlas». Hay más. Una firma también de la capital autonómica disponía de un stock de «buzos sanitarios y se puso en contacto con Ateval, a través de la cual la administración está ahora en relaciones con ellos». Son tres casos que ilustran la colaboración público-privada, pero también la desesperación por lograr telas que protejan a los empleados de la sanidad.

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