Uno de los puntos neurálgicos de trabajo virtual esta semana es la Unió Musical d'Alaquàs, ya que la escuela que gestiona está reconocida, desde hace más de una década, como conservatorio de grado medio, con 600 personas matriculadas, entre la enseñanza reglada y la no reglada.

El presidente, Toni Monzó, indica que ya el pasado fin de semana se remitió una carta a las familias para informarles de que las clases proseguirían de forma virtual. El dirigente afirma que «la intención es que el alumnado no pierda la enseñanza de la música y no se tenga que despedir a nadie» de las más de 40 personas que trabajan en este centro, de las que ha elogiado su implicación.

Para preparar el programa, el director de la escuela, Enric Parreño, ha mantenido reuniones a diario con el claustro por vídeo conferencia para estudiar la situación global y ver cuál es la mejor solución en cada caso. «Hemos estado trabajando toda la semana para familiarizarnos con las nuevas herramientas pero nos enfrentamos a una situación insólita en la que vamos a necesitar el trabajo y la implicación de todas las personas que participan en el proceso de aprendizaje, de toda la comunidad educativa, el profesorado y las familias», explica.

Parreño está convencido de que, dejando que cada docente organice el trabajo acorde con la asignatura y el perfil del alumnado, «vamos a poder dar un servicio que, si bien no va a ser igual que el presencial, en la mayoría de casos, va a ser parecido».

En la UMA, por tanto, se ha optado por marcar unas pautas para que, por ejemplo, haya un mínimo de clases por videoconferencia a la semana, pero apostanto también por la flexibilidad. «Igual que ya hacemos en el día a día, vamos a dejar libertad al profesorado para que adapte el aprendizaje a las circunstancias», afirman.