La versatilidad técnica de los talleres falleros ha encontrado un nuevo exponente con el inicio de la fabricación de material sanitario con el que contribuir a la lucha contra la epidemia de Coronavirus. En este caso, mediante el empleo de las impresoras 3D utilizadas para la realización de elementos propios de las fiestas. La introducción de nuevas tecnologías e I+D en las artes plásticas han permitido a éstos manejar unas técnicas que ahora, de forma inesperada, son una aportación al momento crítico de la sociedad.

Ha sido el taller de Carrozas Sánchez el que ha tomado la iniciativa fabricando piezas para los equipos de protección individual (Epis). «Ha sido una petición particular, pero estamos preparados para hacer lo que se nos pida. Tenemos la tecnología para poder trabajar en lo que haga falta». Así lo definía Rafael Sánchez, miembro de la tercera generación de artistas. El taller de Sánchez es una saga de artistas falleros especializados desde origen en carrozas, que compaginan con esporádicas fallas. En la actualidad tan sólo hacen la que se planta todos los años en Getafe. Ahora, tras hacer pruebas incluso en casa, han empezado a aparecer las primeras piezas, destinadas a uso médico, con las que se realizan gafas protectoras. «Cualquiera que cuente con una impresora 3D en su casa por rudimentaria que sea, o que tenga conocimiento sobre la fabricación digital y tecnologías 3D puede sumarse a esta iniciativa tan necesaria en los momentos en los que nos encontramos.»

Iris y Rafael Sánchez, con las impresoras

La iniciativa ha corrido a cargo de los dos hermanos donde han ido a confluir oferta y demanda: Rafael, artesano especializado, e Iris, enfermera, que es quien ha recibido los encargos y se ha basado en la elaboración de sujeciones para viseras con las que elaborar equipos sanitarios. «Estamos preparados para elaborar lo que sea». De hecho, no han hecho mascarillas «porque estamos pendientes de la homologación. No sirve de nada hacer lo que no tenga utilización real. Eso sí que se podía obtener». Las impresoras 3D son un elemento más que habitual para la elaboración de fallas, carrozas y elementos decorativos, propios de un taller de falla. El taller, ubicado en la Ciudad del Artista Fallero, se sumaba de esta forma a la plataforma Coronavirus Makers, creada por comunidades entre dueños de este tipo de impresoras para hacer llegar rápidamente el material. La comunidad proclama que «no hay intereses mercantilistas sino ayudar a pacientes y personal sanitario de muchos lugares del mundo al mismo tiempo».

Carrozas Sánchez también ha notado los rigores de la pandemia, incluyendo la cancelación de la Magdalena, donde tenían treinta carrozas preparadas,que han ido regresando a Benicalap y ahora la duda es saber si dará tiempo a llegar a la Batalla de Flores, donde son habituales desde hace décadas.

A esta iniciativa se ha sumado tambén el artista Rubén Arcos, quien también ha empezado a troquelar las viseras para sanitarios. Arcos, que tiene por plantar y quemar los proyectos infantiles de La Nova d'Orrios, Jesús-San Francisco de Borja y Juan Bautista Vives, mostraba también sus primeras unidades, realizadas "de forma altruista" con su impresora 3D.

Modelo realizado por Rubén Arcos