El alcalde de Alzira, Diego Gómez, admitió ayer que la crisis económica que seguirá a la actual situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus obligará a modificar «totalmente» los presupuestos del ayuntamiento para atender las nuevas necesidades y, si bien mostró la intención municipal de recabar toda la información posible sobre los sectores más afectados -autónomos, comercios y bares que se han visto obligados a cerrar...- para diseñar «una estrategia de choque», también dejó claro ante las peticiones planteadas por la asociación empresarial que «el ayuntamiento no puede ser la casa de la caridad». La AEA había lanzado el día anterior un conjunto de propuestas que, entre otras, incluía la petición de 200 euros al mes para ayudar a los comercios a pagar gastos de luz y teléfono.

Atención telefónica a mayores

Gómez incidió en que, en estos momentos, la prioridad es colaborar en lo posible con el personal sanitario y atender a las personas mayores y, en esta línea, anunció que se va a ofrecer un servicio de atención telefónica a través de la Policía Local y del área de Servicios Sociales para gente que vive sola.

Por otra parte, también anunció que el ayuntamiento va a arbitrar una fórmula para garantizar la alimentación a los niños que asistían a comedores escolares y se han quedado fuera de las ayudas de la conselleria. El alcalde no oculta su preocupación por recuperar el pulso de la ciudad cuando se levante el estado de alarma.

Paralelamente, gobierno y oposición han recuperado la unidad para trabajar de la mano en la crisis provocada por el coronavirus, según se desprende de la junta de portavoces celebrada el lunes -en algunos casos a través de videoconferencia-, en la que se acordó compartir información para resolver los asuntos más prioritarios.