"Yo hago mascarillas y a cambio pido que siga la cadena de favores"

Decenas de mujeres en la comarca de l'Horta cosen con sus máquinas protecciones para empresas y hospitales

L. Sena / P. Olaya | torrent

24·03·20 | 23:44

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Fuensanta, de Benetússer, con su máquina. l-emv

El desabastecimiento ha movido a decenas de mujeres de l'Horta a desenfundar sus máquinas de coser para elaborar mascarillas contra el coronaviruso a cambiar el uso en su profesión de modistas por la necesidad. Iniciativas particulares y redes de voluntariado crecen en los pueblos, con o sin coordinación municipal. En las casas se confeccionan tanto protecciones profesionales para hospitales como otras de uso más casero para determinados usos y la población en general.

Mascarillas contra el coronavirus

Uno de los casos es el de la modista y activista social Paz Garre, de Xirivella, quien opina todo el material que se fabrica de forma industrial «debe ser para los hospitales» y es necesaria la confección de mascarillas contra el coronavirus en Valencia , trabajos de asistencia o limpieza, voluntariado en refugios de a animales o centros de día donde no exista el coronavirus.

Tras contactar con algún centro de mayores y ver la necesidad, se asesoró sobre la elaboración de mascarillas. Ha recibido donaciones de telas y, en dos días, tiene el encargo de 400 mascarillas, que entrega gratis. «Pido a cambio a la persona que la reciba siga la cadena de favores y ella haga algo por una persona mayor, por ejemplo», indica.

En Alaquàs, la iniciativa ha sido del ayuntamiento a través de las concejalías de Igualdad y Sanidad, que coordinan, Elena Álamo y Marta Casas. Unas 45 mujeres (algunas de la Cofradía de la Santa Cruz y de Amas de Casa Tyrius) ya trabajan para confeccionar protecciones para el centro de salud y otras tantas están en espera. «Estos trabajos infravalorados que hacían en casa las mujeres, hay que ponerlos en valor porque hoy son indispensables», valoran.

En Benetússer, el consistorio ha montado una red para suministrar mascarillas sanitarias al Hospital Peset. Una de las voluntarias es Fuensanta, que tiene 55 años y durante 26 regentó un taller de confección. Opina que «es ilusionante y también una especie de agradecimiento hacia el personal sanitario, por su esfuerzo».

En el Puig el origen del movimiento está en Mercedes, de 91 años, cuya imagen se ha hecho viral por una foto cosiendo mascarillas que su nieto, Mossa, jugador del Real Oviedo CF, subió a Instagram. Su hija Victoria, directora de un centro de personas con discapacidad, explica que incluso la anciana desmontó, arregló y engrasó la máquina ella sola para coserlas. Su acción ha conseguido que se ponga en marcha una red en el Puig para realizar mascarillas homologadas contra el coronavirus.

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