Stadler ha llegado finalmente a un acuerdo con el Comité de Empresa para proceder a la reorganización de la actividad productiva como consecuencia de la emergencia sanitaria derivada del coronavirus (COVID-19) lo que implica la suspensión de la producción en la planta hasta el próximo 14 de abril. El acuerdo que incluye medidas de flexibilidad como el teletrabajo, pretende evitar que se produzcan repercusiones directas en los empleados, mitigar los efectos de la actual emergencia sanitaria y garantizar la máxima protección a los trabajadores. Para ello, este periodo de tiempo se recuperará mediante la prolongación de la jornada diaria o el trabajo en sábados y fiestas de empresa.

Stadler, que hasta ayer mantuvo su producción, aunque tan sólo con un 10 % de la plantilla, también ha decidido dar este paso adelante por los retrasos de proveedores, en cumplimiento de las recomendaciones de los representantes políticos y en atención a la demanda de los sindicatos.

La filial de la multinacional Stadler Rail, que renuncia, al mentos por el momento, a plantear un expediente de gulación temporal de empleo (ERTE), quiere terminar a tiempo algunos pedidos y mantiene su previsión de aumento de la capacidad de producción de varias de las naves de fabricación. Esta factoría valenciana volvió a ganar recientemente a ganar un contrato de las locomotoras que supervisarán y mantendrán la red férrea de Adif. A mediados de diciembre de 2019 Stadler València selló un contrato para diseñar y fabricar 27 nuevos tranvías para la capital de Suiza. La planta de trenes de Albuixech invierte este años 3,7 millones para reducir emisiones y tiene previsto crear 400 empleos.

Competidores

El mantenimiento de la actividad industrial de Stadler, aunque bajo mínimos, contrasta con el cese total de sus competidores en España. Con todo, estos han renunciado poner en marcha ERTE y optar por permisos retribuidos hasta el 14 de abril. Alstom, con fábrica en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) y 900 empleados elude, de momento, los despidos temporales en sus instalaciones. La factoría detiene su actividad hasta el final de la situación de estado de alarma.

Mientras, CAF, mercantil vasca con plantas en Beasáin e Irún , donde emplea a 2.900 personas, cesó su actividad la semana pasada con el acuerdo de regresar a la actividad el próximo día 20 de abril. Evita así cualquier expediente temporal de regulación de empleo y garantiza su actual salario íntegro a toda la plantilla.