En el momento más dramático de la crisis del coronavirus en España la política se enreda en su peor versión. Nunca hubo tregua, es cierto. Pero el clima entre partidos se ha ido enturbiando esta semana con una escalada de críticas que se elevó todavía más ayer tras conocerse que el Gobierno compró un lote de 9.000 test de diagnóstico rápido defectuosos que ahora tiene que devolver.

La Moncloa asume que fue un error y alega que en una vorágine de decisiones siempre existe un margen de equivocaciones. Las derechas de PP, Vox y Ciudadanos entienden, en cambio, que este último caso corrobora lo que ya han venido señalando: que la respuesta de Pedro Sánchez ante la pandemia, además de llegar tarde, resulta ineficaz y que llegará un día que tendrá que asumir las responsabilidades por ello.

El Ministerio de Sanidad aclaró que la partida de test rápidos para detectar el coronavirus que no cumplen los estándares de calidad los compró a un proveedor nacional «de confianza», y ofrecían «todas las garantías» al tener la marca 'CE', por lo que rechazó que haya habido «negligencia».

El presidente del PP, Pablo Casado, pidió que Sánchez aclare la compra del lote de pruebas rápidas a la empresa Shenzhen Bioeasy Biotechnology, que Pekín dice que no tiene licencia. «Sánchez debe explicar por qué el Gobierno no ha validado los test que ha comprado y que no funcionan, y si se han adquirido a una empresa sin licencia, como dice China. Si es cierto, estamos ante una auténtica irresponsabilidad que debe tener consecuencias», dijo. Ya en el debate en el Congreso del miércoles, el líder conservador advirtió al presidente de que lealtad no significa «barra libre».

Al margen de la polémica de los test, Illa informó ayer de que su departamento ha repartido hasta el momento siete millones de mascarillas entre todas las comunidades autónomas. Casi dos millones fueron a parar a Madrid, la región más castigada, seguida de Cataluña y Andalucía. El ministro reveló que está previsto una entrega «importante» de material sanitario de China este fin de semana, si bien avisó de posibles retrasos por la alta demanda actual.