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Plaga

La infestación por procesionaria del pino vuelve a ser baja como en 2019

Gloria y el temporal de diciembre retrasan el ciclo de este voraz defoliador, aunque en la mayoría de localidades las orugas ya han completado el enterramiento, que es la fase más tóxica y peligrosa

La infestación por procesionaria del pino vuelve a ser baja como en 2019

El servicio de Sanitat Vegetal de la Generalitat Valenciana apunta a una menor propagación de procesionaria del pino («Thaumetopoea pityocampa») en los montes valencianos, una plaga cuya mayor expansión se registró entre 2013 y 2018. «No tenemos nuevos datos cuantificados, pero las observaciones realizadas por el personal técnico durante el invierno parecen indicar que se mantienen unos niveles de infestación bajos, como ya sucedió en 2019», señalan desde la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. Los inviernos cada vez más cálidos habían provocado que las orugas bajaran de los árboles para formar los nidos en tierra, incluso en Navidad. Este año, no. El temporal de diciembre y de nuevo en enero, con la llegada de Gloria, han retrasado los enterramientos, la fase más peligrosa por la toxicidad para humanos y mascotas de este defoliador.

Aunque en la actualidad, la procesionaria ya ha realizado sus excavaciones junto a las arboledas en gran parte de las localidades valencianas, « es posible que en caso de un ascenso significativo de las temperaturas desciendan de los pinos en las zonas más retrasadas». Así lo advierten desde el departamento que dirige Mireia Mollà.

«Este año los enterramientos no se han adelantado especialmente frente a otros años, porque los meses de diciembre y enero fríos y lluviosos los han ido postergando», señalan. Sin embargo, la situación comenzó a acelerarse a partir de finales de enero y principios de febrero, como consecuencia de las altas temperaturas. La bajada de las mismas, estos últimos días, ha paralizado otra vez el ciclo.

Durante febrero y los primeros días de marzo, antes de decretarse el estado de alarma, se llevaron a cabo las reuniones anuales de sanidad forestal de coordinación con los agentes medioambientales, detallan desde conselleria. En ellas, aparte de formación e información, se reparten las fichas para la prospección fitosanitaria de cuyo resultado se extraerá la situación real, con cifras, de esta y otras plagas a fin de planificar la próxima campaña.

El temor a la subida de las temperaturas llevó a Emergencia Climática y Transición Ecológica a intensificar los tratamientos a principios de febrero.

Corta manual de los bolsones

Previamente se habían tratado alrededor de 200 hectáreas y 282 kilómetros de pistas y áreas recreativas en la Comunitat Valenciana. Tareas que se llevan a cabo de forma manual, principalmente con la corta de bolsones y fumigación con mochila, en zonas con avisos de presencia de colonias, tanto por parte de los agentes medioambientales como por particulares.

Al principio del invierno se realizaron intervenciones mediante pulverizador hidroneumático en las masas con mayor presencia en la zona litoral y prelitoral. En otoño de 2019 también se retiraron las puestas en masas de baja altura, mientras que en las zonas altas del interior de la Comunitat se desarrollaron trabajos de pulverización. Alrededor de 186 kilómetros, casi todos en el interior de Castelló.

El Rincón de Ademuz, Los Serranos y la Vall d'Albaida en Valencia son las zonas más castigadas, junto a l'Alcalatén, Alto Palancia, Alt Maestrat, Baix Maestrat y Els Ports, estas últimas en la provincia de Castelló.

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