La pandemia ha puesto a las residencias de mayores en el ojo del huracán. A medida que crecen los brotes y las evidencias de que faltan medios para atajarlos se acrecienta el temor entre las familias de los usuarios, algunas de las cuales están solicitando sacar a sus parientes de los centros para pasar con ellos la cuarentena en casa. Sobre esta posibilidad, las comunidades autónomas no tienen un criterio único. Algunas impiden los traslados, amparándose en el estado de alarma, pero otras han comenzado a establecer fórmulas para permitirlos, sin que ello implique un riesgo para la salud pública y garantizando que el residente no pierda su plaza.

El Consell quiere sumarse a este segundo grupo y está ultimando un protocolo para regular las condiciones de salida de los ancianos. La Conselleria de Políticas Inclusivas trabaja en ese documento en coordinación con la Conselleria de Sanidad y está a la espera de un informe de la Abogacía de la Generalitat para aclarar la manera de proceder, partiendo de la premisa de que no se puede dejar a nadie «en situación de vulnerabilidad».

La vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, admite que la cuestión «no es fácil», puesto que se ha de velar por que los residentes estén bien cuidados.

Las residencias disponen de material geriátrico difícil de encontrar para las familias. Además, algunos mayores dependientes tienen unas necesidades de cuidados que no se pueden cubrir en casa. Por ello, según Oltra, el protocolo tendrá que ser «muy ajustado» para «no provocar mas daño del que se quiere evitar», garantizando la seguridad sanitaria, el bienestar del residente y que no se vulnera ninguno de sus derechos ni voluntades. En el caso de los contagiados por coronavirus, Oltra aclaró que tendrá que ser la autoridad sanitaria la que autorice los movimientos para no poner en riesgo a más personas.

La medida podría contribuir a aliviar la congestión que sufren algunas residencias, al borde del colapso por el coronavirus.

Aerte lo ve innecesario

Sin embargo, el presidente de la patronal de residencias, José María Toro, consideró ayer innecesario el protocolo anunciado ya que, subrayó, «hoy en día una familia que quiera llevarse a un residente a su casa, puede hacerlo ya sin ningún problema». De hecho, según Toro, algunas personas ya han tomado esta decisión, aprovechando que pasan más tiempo en casa y pueden hacerse cargo de sus mayores. «Lo único que habría que regular -explicó- es si esas personas deciden regresar a las residencias cómo lo hacemos para comprobar que no tengan síntomas».

La consellera de Sanidad, Ana Barceló, elevó ayer a 46 el número de personas fallecidas en residencias de la Comunitat Valenciana, dos más que el día anterior, al haber muerto en este periodo otros dos ancianos en el geriátrico Domus Vi de Alcoi, donde se contabilizan ya 28 muertes.

Pero a esta cifra hay que sumar otras tres muertes producidas entre el jueves y el viernes en la residencia Santa Elena de Torrent y que ayer aún no habían sido contabilizadas por Salud Pública. La última de las víctimas de la covid-19 en la capital de l'Horta Sud es una mujer de 87 años que permanecía en la UCI del Hospital General de València desde hace más de una semana. En esta residencia serían ya 14 las víctimas del virus, y 49 el total de residentes que han perdido la vida en la C. Valenciana.

Pese al repunte de residencias con casos de coronavirus, los únicos centros que siguen intervenidos son el de Alcoi y el de Torrent. Barceló confirmó también que se había puesto bajo vigilancia una residencia de Requena tras un detectarse un brote del coronavirus, y también un caso en un piso-residencia l'Acollida, de gestión privada y propiedad de la Archidiócesis de València. Salud Pública inspeccionó el piso (en un edificio residencial de Algirós) y evaluará qué medidas tomar.

Hay otros 21 nuevos positivos de coronavirus entre ancianos institucionalizados y ya son 242 en total. 74 trabajadores han dado positivo. Según reveló Oltra, en 2019 hubo 199 inspecciones en residencias que se saldaron con 120 denuncias.