Este año no podrá ser. Pese al enorme trabajo realizado, los espectaculares doseles de la Semana Santa de Alzira, fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, no serán visitables. La pandemia ha obligado a suspender las celebraciones. Las cofradías guardan como oro en paño sus diseños ya que los mantendrán y presentarán a concurso en 2021. El secreto es absoluto porque la competitividad entre las hermandades es muy alta y todas luchan sin descanso para lograr el codiciado primer premio.

Cada año las cofradías recrean las escenas de la Pasión en locales que se abren al público. Añaden todo tipo de ornamentos y un toque de innovación para sorprender a los miles de visitantes que se agolpan ante el dosel. Además, un jurado valora minuciosamente cada trabajo. La mejor escenografía se elige desde 1963. El resultado: auténticas obras de arte efímero que solo obtienen un banderín como recompensa. Se trabaja por puro amor al arte y una buena dosis de devoción.

Se trata de una tradición con un gran arraigo. En origen, el dosel tenía una concepción un tanto diferente, aunque la esencia se ha mantenido a lo largo de los años. Los clavarios ornamentaban una determinada imagen religiosa (algunas realizadas por imagineros tan cotizados como Antonio Ballester, Octavio Vicent o Antonio Rodilla) con la colgadura de los mejores paños de la casa. También la acompañaban con una variada combinación de arreglos florales. Eso ha evolucionado. En la actualidad se realizan trabajos que recuerdan, en parte, al de las Fallas. Se recrean escenas destacadas de la Pasión con un nivel de detalle y realismo que despierta gran admiración entre el público.

Los pasos de la Semana Santa se exibían hasta hace poco en los domicilios particulares de los clavarios. Esa costumbre se mantiene solo en parte. Algunas cofradías diseñan una escenografía tan ambiciosa que no puede amoldarse al tamaño de la planta baja de una casa tradicional. Para ganar espacio, se buscan locales más amplios donde se desborda la imaginación, los efectos especiales, una cuidada iluminación y hasta una musica envolvente. El desafío es mayúsculo y se ha alcanzado tal nivel de especialización que algunos artistas disponen de elevados presupuestos. Alzira cuenta con dieciocho cofradías. Hay mucho que ver, aunque habrá que esperar otro año.