¿Cerramos, o no cerramos? Esa es la pregunta que durante las primeras horas tras decretarse el confinamiento se hicieron numerosas academias de idiomas en toda la Comunitat Valenciana. «La incertidumbre, el desconcierto, por la expansión del Coronavirus era total», admite Eva Gil. «Un número grande de nuestros socios decidieron ponerse en pie, buscar otras opciones y seguir adelante», explica Gil, presidenta de la Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas de la Comunitat Valenciana (Aceicova).

Con más de 40.000 alumnos en escuelas repartidas por todo el territorio, y la formación en aulas compartidas suspendida «sine die» han tenido que recurrir a herramientas como el móvil o el ordenador para ofrecer educación a distancia. Plataformas especializadas para seguir con las clases on line, videoconferencias a los grupos con los profesores o atención individualizada han sustituido a las pizarras y los grupos en torno a una mesa. Alternativas de un mundo conectado a través de la red en tiempos de confinamiento obligado por la covid-19.

Civismo y solidaridad

Por responsabilidad, civismo y solidaridad, desde Aceicova señalan que tras la suspensión de las actividades presenciales empezaron a buscar otras vías. «No podemos abandonar ahora a aquellos alumnos que están preparándose todo el curso para obtener distintas acreditaciones», señala Gil. Se refiere a exámenes para conseguir las certificaciones del B1, B2 o el C1 de inglés. O para presentarse a la Junta Qualificadora de Valencià. «En nuestras academias tenemos desde niños de educación primaria o secundaria, hasta adultos que necesitan reforzar determinados idiomas por cuestiones laborales», incide.

Enfoque lúdico para los niños

Para Gil, además, es básico que los más pequeños y los adolescentes intenten mantener ciertos horarios de trabajo. «En el caso de los niños nuestras clases siempre tienen un enfoque más lúdico y para los estudiantes de secundaria hay que tratar de que no se descentren a estas alturas del curso», comenta. En ese punto recomienda a las familias que sus hijos continúen, aunque a distancia, con todas actividades extraescolares que puedan mantener.

«Como madre a mi preocupa que esto se alargue y se pierdan las rutinas, porque esto no son vacaciones de verano», argumenta Gil. Y recuerda que se trata de un «encierro» temporal tras el cual lo lógico es que se acaben retomando colegios, institutos, exámenes y pruebas evaluatorias.

«Cada uno de nuestros centros comunicó ya al principio a su profesorado y alumnado las medidas correspondientes para, en la medida de lo posible, adaptar la actividad docente y sus materiales y contenidos a esta extraordinaria situación, con herramientas de enseñanza a distancia o reprogramación de las clases», remarca. «Nos hemos comprometido a que la información para alumnos y profesores sea constante a través de teléfono, correo electrónico y redes sociales», remarcan desde Aceicova. «Juntos, profesionales, alumnado y familias, conseguiremos revertir esta situación y volver lo antes posible a la normalidad», manifiesta Gil.